El Juzgado de Vigilancia Penitenciaria número 2 de la Comunidad Valenciana ha remitido a la Audiencia Provincial de Madrid un informe psiquiátrico forense relativo a la situación de la médico Noelia de Mingo, que permanece ingresada en un centro penitenciario psiquiátrico en Alicante tras matar a tres personas en la clínica de la Concepción, favorable a modificar su régimen de internamiento y que pase a tratamiento ambulatorio en su domicilio con custodia familiar.

Así lo ha adelantado este lunes el diario El País y confirman fuentes jurídicas a Europa Press respecto a esta propuesta del citado juzgado sobre esta médico, que fue condenada en 2006 a 25 años de internamiento psiquiátrico. En abril de 2003, Noelia de Mingo mató a tres personas e hirió de gravedad a otros cinco en la clínica La Concepción, conocida como 'La Concha' y actual Fundación Jiménez Díaz, tras sufrir un brote psicótico.

La propuesta se eleva de forma conjunta mediante un informe pericial de forenses y otro del Hospital Psiquiátrico Penitenciario de Fontcalent.

El informe ha sido remitido a la sección 16 de la Audiencia Provincial para que se pronuncie sobre esta solicitud que constata una mejoría de su estado psiquiátrico y plantea una modificación de su régimen de internamiento. Posteriormente, la Audiencia tendrá que dictaminar su decisión respecto a dicho informe.

Este planteamiento, según las mismas fuentes jurídicas, se remitirá a la Fiscalía y a las acusaciones particulares para que también se pronuncien respecto a este informe elaborado por profesionales forenses.

Las conclusiones de este informe apuntan a que la esquizofrenia paranoide que padece Noelia de Mingo se encuentra estabilizada y que no ha sufrido recaídas desde que comenzó el tratamiento psiquiátrico hace 10 años.

Además, se detalla que la madre de la interna se compromete a acogerla y a realizar un seguimiento para asegurar que toma la medicación y de contactar con el centro de salud mental que supervise su caso.

Por su parte, la asociación El Defensor del Paciente ha señalado en un comunicado que los familiares de las víctimas y el propio colectivo se oponen a la sustitución de la medida de internamiento por la "enorme peligrosidad" que supone.

"Además, es curioso que se proponga como medida de control la vigilancia de su madre cuando convivió con su hija sin percibir que llevaba más de dos años con sintomatología delirante y ninguna prueba apunta a que tenga las competencias suficientes para asumir semejante responsabilidad", expone la asociación.

Al respecto de esta propuesta, el abogado de las familias de las tres víctimas y de la Asociación El Defensor del Paciente, Carlos Sardinero, ha avanzado en declaraciones a Europa Press que presentará un escrito oponiéndose a esta propuesta y reclamará que se mantenga el régimen de internamiento.

Además, ha avanzado que solicitará una vista en la Audiencia Provincial de Madrid para que los autores del informe puedan responder a las preguntas de las partes y exponer la argumentación de sus informes. También pedirá que comparezca la propia Noelia de Mingo para que se pueda evaluar su estado de salud.

Catorce años después de sembrar el terror, la médico Noelia de Mingo está a un paso de recuperar la libertad, y, de conseguirlo, quiere publicar los relatos que ha escrito y ser traductora.

Ella ha disfrutado ya de varios permisos y se ve preparada para salir en libertad. Ha aprendido a vivir con lo que hizo. Es consciente, eso sí, de que la alarma social que generó su caso puede influir en la decisión del tribunal. Y tiene una visión "real" de su futuro. Sabe que acarrea un estigma que puede complicar su vida.

De Mingo ha salido en dos ocasiones de permiso, una durante quince días y otra durante sesenta, y tiene pendiente otro de noventa días. Ha hecho el Camino de Santiago con otros internos. También sale diariamente del centro sin acompañamiento para asistir a la escuela de idiomas y come en una casa que ha comprado su familia.

Noelia tiene planes de futuro. Ha estudiado inglés, portugués y valenciano. Y quiere ser traductora. En principio, de valenciano, porque para inglés sabe que se buscan licenciados. Pero baraja hacer un curso de traductor médico de inglés, idioma del que tiene un nivel alto (C1).

Aún así, es consciente de que tiene un 43% de discapacidad y que eso, unido a su pasado, complica la búsqueda de empleo. También aspira a publicar los relatos que ha ido escribiendo desde que se presentó a un concurso en el psiquiátrico y de los que ha acumulado un volumen importante.

El informe de la trabajadora social deja constancia de que su familia está volcada con ella. Su madre ha aceptado su custodia y cuidado. Y sus hermanos no han dejado de visitarla. Ahora -dice- puede ejercer de tía con sus sobrinos, algo de lo que "tenía muchas ganas".

Durante su entrevista con el psiquiatra del Instituto de Medicina Legal de Alicante le contó que considera "inexplicable" lo que le pasó. Porque ella es "muy pacífica" y "huye de los conflictos".

Lo que pasó es que el 3 de abril de 2003, De Mingo, médico residente especializada en Reumatología, de 31 años, cogió el cuchillo que había comprado en una tienda, hizo un agujero en su bata y lo metió convencida de que "era el final", de que "iban a acabar con ella".

Una vez en el hospital, sonó un teléfono, lo cogió su compañera Leila El Ouamari, de 27 años, se río y Noelia entendió de que había recibido la orden de acabar con ella. Estaba segura de que no eran médicos, sino actores puestos de acuerdo para ver su reacción.

Se levantó, cogió su cuchillo y mató a Leila, a la paciente Jacinta Gómez e hirió a seis personas. Uno de ellos, Félix Vallés, murió dos días después. Su carrera homicida terminó gracias a un celador que la golpeó. Ella no recuerda nada más hasta que se despertó en el hospital.