Ángela Molina publica sus memorias: "La vejez me produce una gran curiosidad"

  • La actriz desarrolla su vida a través de una amiga en 'Detrás de la mirada'.
  • "Uno no debe olvidar quién fue de niño", asegura Molina, que recuerda su infancia.
  • El libro también incluye una recopilación de fotografías suyas y de su familia.
La actriz Ángela Molina, durante la presentación en la librería Ocho y Medio de Madrid de 'Detrás de la mirada'.
La actriz Ángela Molina, durante la presentación  en la librería Ocho y Medio de Madrid de 'Detrás de la mirada'.
EFE/Diego Perez Cabeza
La actriz Ángela Molina, durante la presentación en la librería Ocho y Medio de Madrid de 'Detrás de la mirada'.

No es una biografía ni un libro de memorias al uso. Ángela Molina recopila recuerdos de su infancia, adolescencia y madurez a través de una amiga, la traductora e intérprete Elena Martínez, en un libro, Detrás de la mirada, que juntas han presentado este martes en Madrid.

"Uno nunca debe olvidar quién fue de niño", ha asegurado la actriz, Premio Nacional de Cinematografía 2016, por una trayectoria en la que destacan sus películas con Buñuel (Ese oscuro objeto de deseo), Jaime Chávarri (Bearn o la casa de muñecas), José Luis Borau (La sabina) o Pedro Almodóvar (Carne trémula).

Molina y Martínez, ambas nacidas en 1955, se hicieron amigas cuando tenían tres o cuatro años y compartían vecindario, un edificio de viviendas del barrio madrileño de Argüelles, que en el libro describe como "un barrio joven donde se asentaba una próspera clase media".

"Quizá sea una cuestión de edad, pero de pronto sentí la necesidad de expresar negro sobre blanco mi profunda admiración hacia ella y su familia", ha explicado Martínez durante la rueda de prensa.

"La primera escena de mi vida fue algo sobrenatural"

Aunque el peso de la narración recae sobre Martínez, ésta va dando paso de vez en cuando la voz directa de Ángela Molina e incorpora también testimonios de terceros y una recopilación de fotografías, suyas, de su familia y de sus hitos profesionales.

Su primera película de verdad llegó en 1972, había terminado su carrera de danza y daba clases particulares de baile en casa. El filme era No matarás, de César Fernández Ardavín, la historia de una chica de provincias que muere tras un aborto clandestino.

"La primera escena de mi vida la sentí como sobrenatural", describe la actriz. Era una simple escena en la que bebía agua de una fuente, pero para ella fue definitiva y reveladora. "Como si hubiera sido un pez y me hubieran soltado en el agua. Esto es lo que quiero hacer toda mi vida, mostrar la vida", pensó.

A sus 61 años, Molina asegura que no le produce tristeza la pérdida de la juventud. "Porque la he vivido y está en mi memoria, a la vez que me produce una gran curiosidad la vejez como espacio nuevo que se abre frente a mí", señala.

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