"Hoy se está representando una de las obras de teatro más caras de la historia de España. Los contribuyentes están pagando de su bolsillo una sesión inútil, improductiva y sin sentido". Críticas como esta, en boca de Ana Oramas (Coalición Canarias), se precipitaron este martes sobre Pablo Iglesias por activar el debate de la moción de censura contra Mariano Rajoy sin contar los apoyos necesarios para tumbar al Gobierno.

El maratón político arrancó a las 9.00 y se prolongó a lo largo de doce horas. Podemos fue examinador y examinado, fiscalizador de la corrupción del PP y fiscalizado por "instrumentalizar" el recurso último del parlamentarismo español para sustentar una "performance" con objetivos personales, como advirtieron Isidro Martínez Oblanca (Foro Asturias) e Íñigo Alli (Unión del Pueblo Navarro), respectivamente.

Ni siquiera Joan Baldoví (Compromís) perdió la oportunidad de ajustar cuentas con sus socios después de haber sido calificados como "élites conservadoras" por su propuesta de aplazar una moción destinada de antemano al fracaso.

El toma y daca entre Iglesias y Rajoy, objetivo real de Podemos, mantuvo a los diputados atornillados a sus escaños las primeras ocho horas. El tono del líder morado, más pausado y constructivo de lo habitual, contribuyó a que la presidenta de la Cámara, Ana Pastor, mantuviese el control del debate pese a los murmullos de la bancada popular y a las referencias de los conservadores a Venezuela o a la polémica beca universitaria de Íñigo Errejón.

Rajoy dio 'vacaciones' a la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría, al portavoz Rafael Hernando y a sus ministros, que apenas sí soltaron sus móviles para aplaudir a su jefe de filas. Íñigo Méndez de Vigo, titular de Cultura, dedicó la jornada a leer en su escaño Cervantes y el trasfondo jurídico del Quijote, de Luis María Cazorla, y Tenemos que hablar de muchas cosas, de Miguel Hernández.

El presidente del Gobierno replicó en persona a la prolija lista de acusaciones de corrupción que Irene Montero y Pablo Iglesias relataron durante más de cuatro horas. El PP aprovechó la densidad del debate para intentar provocar a la bancada rival pidiendo en Twitter el regreso de Errejón, a lo que el politólogo contestó con sorna: "Si esto os aburre, imaginad 21 años y un día en [la cárcel de] Soto del Real. Atended".

La guerra en las redes alcanzó también a Montero. La diputada popular Ana Vázquez Toscano, presente en el hemicilo, se vio obligada a borrar los mensajes en los que se refería a ella en los siguientes términos: "Esto es España... novia @Irene_Montero_ defiende a novio @Pablo_Iglesias_... Qué mal está @ahorapodemos para que tenga que ser tu novia". "Hoy es un día importante para los novios de @ahorapodemos. novia @Irene_Montero_ con zapatos de tacón y novio @Pablo_Iglesias_ con chaqueta".

Ana Pastor detuvo el debate a las 21.20 horas, sin dar tiempo a intervenir a Ciudadanos y al PSOE, que abrirán la sesión este miércoles. Los socialistas pasaron de puntillas por las ofertas de pacto de Iglesias, limitándose a recordar que Podemos perdió la oportunidad de impulsar un gobierno del cambio en diciembre de 2016, cuando se negó a apoyar el pacto entre Pedro Sánchez y Albert Rivera.

El secretario general evitó comparecer durante toda la jornada. José Luis Ábalos defenderá hoy el lema con el que el nuevo PSOE reivindica el liderazgo ideológico ("Somos la izquierda") frente a un Podemos enfrentado al resto de grupos.