El Centro Botín se abre al arte, el diseño y la educación emocional

El Centro Botín en Santander, diseño creado por el arquitecto Renzo Piano.
El Centro Botín en Santander, diseño creado por el arquitecto Renzo Piano.
Pedro Puente Hoyos/EFE
El Centro Botín en Santander, diseño creado por el arquitecto Renzo Piano.

El Centro Botín abre este viernes 23 de junio sus puertas para mostrar al mundo las últimas tendencias artísticas y avanzar en la investigación de la educación en inteligencia emocional, porque la creatividad y el conocimiento era el legado que quiso dejar a futuras generaciones su promotor.

Emilio Botín Sánz de Sautuola aseguró al poner la primera piedra de este centro que comenzaba su "legado", con un guiño a quien "abrió" al mundo la cuna del arte; su bisabuelo, Marcelino Sanz de Sautuola, el hombre que, junto a su hija María, permitió que hoy se puedan contemplar los bisontes de Altamira.

El presidente de la Fundación Botín -promotora de este centro- y del Banco Santander destacó esta obra como cumbre de la entidad cultural y social que presidía y como el recuerdo que quería también dejar a Cantabria, su comunidad autónoma.

Emilio Botín no llegó a ver el que será su legado, aunque antes de fallecer -septiembre de 2014- sí pudo contemplar cómo el edificio de Renzo Piano comenzaba a sobrevolar la bahía de Santander y que el espacio que lo rodea, los históricos Jardines de Pereda, se rehabilitaban y mejoraban para dar más espacio a la ciudad.

Los Reyes acompañarán este viernes al hijo del banquero, el actual presidente de la Fundación Botín, Javier Botín, en la apertura de las puertas de este centro que fomentará el arte en todo el mundo, la educación a través de las emociones, y acercará la música, las nuevas tecnologías y otras culturas.

Arte y educación emocional

Con una inversión cercana a los 80 millones de euros, el Centro Botín supone, además de abrir al arte y a la educación emocional la capital de Cantabria, que se mejore su trama urbana -al construir un túnel que da acceso al edificio y agiliza el tráfico del centro urbano- y reformar unos jardines históricos de la ciudad, hoy en plena vanguardia.

Y también permite que Santander sea la primera ciudad española en contar con un edificio del prestigioso premio Pritzker de arquitectura Renzo Piano, que decidió integrar su proyecto con la bahía santanderina y hacer que pareciera que la sobrevolaba.

Para ello, eliminó las columnas diseñadas en un principio y consiguió que el edificio -compuesto de dos volúmenes- no toque apenas el suelo y esté suspendido sobre el borde del muelle de Albareda. En su diseño destacan también las 280.000 piezas cerámicas de Toni Cumella que lo recubren y que permiten el reflejo del mar Cantábrico.

Futuro programa

Pero no solo su peculiar y vanguardista diseño va a hacer de este Centro Botín un nuevo referente en el mundo, ya que ofrecerá cada año más de 200 actos culturales, 2.000 actividades didácticas y un sólido programa de exposiciones diseñado, junto a sus directores Fátima Sánchez (directora ejecutiva) y Benjamin Weil (director artístico), por personalidades como el exresponsable de la Tate Modern Vicente Todolí.

La primera de ella, una muestra del belga Carsten Höller, conocido por sus famosos toboganes, que expone por primera vez en España y que en Santander da a los visitantes del Centro Botín túneles de luces, una cama donde dormir, un tanque de agua para ducharse o dos grandes jaulas con pájaros que se balancean.

Y el Centro Botín también permitirá que el público contemple dibujos inéditos de Goya, que forman parte de un estudio conjunto del Museo del Prado y la Fundación Botín; además de exhibir una muestra de obras de los becarios que desde los últimos 15 años han pasado por la Fundación Botín.

En este centro, la relación con la inteligencia emocional, con la unión de emociones y arte, se verá apoyada con los programas de la Universidad de Yale, que colaborará con el Centro Botín para convertirlo en "una caja mágica para la creatividad", como aseguró el director de la fundación, Íñigo Saenz de Miera.

Para Santander, este centro también marca un antes y un después, porque por fin sus ciudadanos podrán ver la bahía sin vallas, al abrirse a la capital cántabra casi 200.000 metros cuadrados del espacio antes destinado a uso portuario.

Esa relación de los santanderinos con el Centro Botín ya se ha visto reflejada con los miles que se han hecho Amigos del centro -casi 70.000 tienen ya pase para su acceso al centro- y que, incluso, han integrado un coro musical creado y vinculado a él.

Y, aunque también las críticas se han sucedido por su ejecución, con demandas judiciales incluidas -pero archivadas-, como bien dijo Renzo Piano, no recuerda qué edificio público de los que ha diseñado no haya generado debate.

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