'Selfie', una parodia de España: "Los pijos son nuestros amigos, no os preocupéis"

  • Este viernes 23 de junio llega a las salas 'Selfie'.
  • El filme es una comedia rodada en estilo de falso documental.
  • 'Selfie' cuenta la historia de Bosco, un joven pijo que ve cómo su vida cambia de forma radical cuando su padre es imputado por corrupción.
Bosco se hace un 'selfie' en el mitin de Podemos en Vistalegre.
Bosco se hace un 'selfie' en el mitin de Podemos en Vistalegre.
Vértigo Films
Bosco se hace un 'selfie' en el mitin de Podemos en Vistalegre.

Las dos Españas parecen no haber desaparecido, y la crisis no ha hecho más que aumentar las distancias y poner de relieve que sigue habiendo ricos y pobres, derecha e izquierda. Por fortuna, el tiempo ha permitido que no siempre haya que tomarse esto muy en serio, que podemos tomarlo a broma. Así lo ha entendido Víctor García León, que en Selfie (23 de junio), su tercer largometraje, parodia un país en el que conviven políticos corruptos, seguidores de Podemos, niños pijos malcriados y activistas hipócritas.

Con un estilo de falso documental, la película sigue los pasos de Bosco, un joven de familia rica que ve cómo su vida da un vuelco cuando su padre, un importante político, es imputado por corrupción. Después de perder su casa, ser expulsado de su exclusivo máster de dirección de empresas y quedar prácticamente abandonado por su familia, el muchacho acaba viviendo en un piso de Lavapiés, donde conoce a una trabajadora social ciega, educadora en un colegio de discapacitados.

La película es "un selfie de Bosco, no de España", puntualiza Santiago Alverú, el actor que da vida al protagonista y que mantiene con él una relación de amor y odio. "Es un tío aburrido, seguro. Es el típico tío con el que te tomas un café y no te dice nada, no tiene ninguna idea propia, son todas prestadas. Con él tengo una relación mala, ahora mala, antes mejor. Pero eso sí, encantado de poder estar viviendo todo esto gracias a él", cuenta el actor a 20minutos.

A pesar de la manía que le tiene reconoce que a mucha gente le parece simpático, tal vez porque "es un tipo ingenuo y al final te cae bien por inercia". "Yo creo que él no se da cuenta en ningún momento de la película de lo que le está pasando y, al final, esa bobaliconería al espectador le cae bien. Y sí, los pijos son nuestros amigos, no os preocupéis", bromea Alverú.

Según el actor, a través de la perspectiva de Bosco se trasluce "una parte de España y de la realidad en la que no nos fijamos pero que nos está engullendo poco a poco: el postureo, las ideas estéticas en vez de políticas, todo lo pop". "Por eso se llama Selfie y no Autorretrato, porque hay una voluntad de convertir cosas muy serias en cosas muy bobas, y no sé si nos hemos dado cuenta", reflexiona.

Para Santiago Alverú, políticos como Manuela Carmena, "que está haciendo cosas muy positivas", también se dejan caer en los vicios del postureo, "evitando decir ciertas cosas a través de selfies que dejan fuera de campo muchas cosas que son importantes".

Además, las redes dejan claras que a veces no hay tanta distancia enrte la izquierda y la derecha. "Se meten pullitas por Twitter y tal, y dices: 'si los dos jugáis al mismo juego, entonces es que no sois tan distintos'. Si al final hay caverna, si al final hay voceros de los dos, ¿no será que en realidad se parecen mucho?", se pregunta.

Pero recuerda que, pese a estos pensamientos, Selfie es una comedia, no un análisis ni una crítica social. "Es una comedia, ¿eh? Que parece que estoy hablando de neorrealismo italiano, pero no", aclara. "Cuando estábamos en el mitin de Podemos, en Vistalegre, estaba también León de Aranoa con su documental. Esto no es eso. Esto es lo que tenía que pasar. Al final, en todos los movimientos, en todos los géneros está el momento de western clásico, el momento crepuscular y luego la comedia y la parodia. La crisis ya nos ha dado permiso para llegar a este último punto".

En medio de todo eso, como resultado de todo eso, está Bosco, un chaval que "se define más por cómo reacciona que por lo que dice", un niño pijo que tiene "un poco del pequeño Nicolás, del hijo de Bárcenas, de las Kardashians, de Falete y de toda esa gente a la que de repente su vida se le cae, y todo el país le trata de una forma pero él sigue como si no pasase nada".

El personaje, que es el corazón del filme daría para una serie de televisión o, como mínimo, tal y como fantasea el actor que le da vida, para una secuela. "Sí. Yo quiero hacer Selfie 2. ¿Cómo? Pues mira, me voy a hacer un máster a EE UU, me pierdo y... de road movie por Estados Unidos con Bosco, con los negros, con los republicanos, con todo lo de Trump... Bosco en Las Vegas. Yo quiero hacer eso".

En cuanto a las expectativas con el público, aun consciente de que "no se puede competir realmente contra un blockbuster, ya solo por el número de copias", Alverú sueña con un éxito arrollador: "que vayan al cine, que nos hundan en taquilla, que Wonder Woman quede a nuestro lado como una cosa lastimera". "Yo lo digo de coña, pero ojo, ¡a por ello!".

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