“Si conmigo te quedas o con otro tú te vas, no me importa un carajo porque sé que volverás”, canta Maluma en sus Felices los cuatro, una de las canciones del verano. Los triángulos amorosos han dejado ya de formar parte de la series, la literatura o la música. En la actualidad, amor y sexo se pueden vivir de formas diversas, como demuestra esta canción, pero también la realidad.

Las clásicas parejas 'cerradas' o monógamas —solo pueden amarse y tener sexo entre ellos— están cediendo espacio para que se debata de manera pública otras formas de relacionarse. Hasta ahora algunas simplemente se mantenían ocultas, como es el caso del poliamor o las relaciones 'abiertas'. Aunque no son las únicas 'nuevas' formas de pareja, las cartas sobre los nuevos tipos de relaciones se están empezando a poner sobre la mesa.

No se sabe si Maluma le canta al poliamor o las relaciones abiertas, lo que sí está claro es que se trata del reflejo en la cultura pop de las prácticas cotidianas de muchas personas, tanto en España como fuera. Pero, ¿qué tipos de relaciones se dan cada vez más?

Las personas asexuales son aquellas que tienen un deseo sexual muy bajo o carecen de este. En este tipo de parejas no priman las relaciones sexuales, de hecho, es más probable que ni siquiera existan. Pero sí existe la atracción romántica. Por este motivo, en esta orientación se clasifican como heterorrománticos, homorrománticos o birrománticos, según el tipo de compañeros sentimentales que prefieren.

Estas parejas están formadas por dos personas de esta orientación que deciden comenzar una relación romántica. Es decir, son como cualquier pareja, pero se diferencian en que no tienen sexo porque así lo eligen ambos.

Las parejas asexuales son un 4,7%, según el estudio sociológico Ulises de 20minutos. El perfil de una persona asexual con este tipo de relación es de una mujer de más de 65 años, separada, de un nivel socioeconómico medio bajo y que vota al PP.

Las parejas 'abiertas' son aquellas en las que dos personas están junta0s de forma estable, pero, a la vez, pueden tener relaciones sexuales con más personas. La principal diferencia con las personas poliamorosas es que, en este caso, el amor hacia terceras personas no suele concebirse. Es solo sexo.

Algunas parejas establecen normas para evitar celos o pensamientos negativos innecesarios y ayudan a las personas que están en este tipo de relación a sentirse seguros en ellas. Se pueden poner normas como saber cuándo se queda con otras personas o no tener conocimiento de nada, tener relaciones seguras fuera de la pareja, dormir juntos después de tener sexo con otras personas, no llevar a los amantes a la casa... Saltarse alguna de estas reglas es considerada como una falta de lealtad. Hay parejas que no ponen ningún tipo de norma.

Las personas poliamorosas aman a más de una persona a la vez y, además, mantienen relaciones con ellas. Estas relaciones pueden incluir sexo entre todas las partes o no.

En la última encuesta Ulises de 20minutos, un 1,9% de las personas dijo haber mantenido relaciones duraderas con varias personas a la vez con el consentimiento de todas ellas. El perfil del poliamoroso es un hombre, de entre 35 y 44 años separado o divorciado con un nivel socioeconómico bajo y que votan al PSOE.

Las parejas pueden ser jerárquicas, polifidélicas, relaciones mono-poliamorosas o anarquía relacional.

Los 'swingers' son aquellas personas que están 'cerradas', pero que practican el intercambio de parejas. Para realizar los intercambios se pueden servir de internet (en aplicaciones como Tinder) o in situ, es decir, acudiendo a alguno de los múltiples bares a los que se acude en pareja para buscar otras personas con las que realizar el intercambio. El uso de preservativo con personas ajenas a la relación es una de las principales normas de los 'swingers'.

Las prácticas dentro del intercambio son múltiples y variadas y se pueden catalogar en tres agrupaciones:

Están juntos, pero cada uno en su casa. Esta es la definición de este tipo de relaciones. Las razones pueden ser múltiples: uno o ambos tienen hijos de relaciones anteriores, viven lejos entre sí, hay personas que viven mejor solas o que consideran que la convivencia con otras personas no es para ellos... Cada uno tiene sus motivos.

Sin embargo, esto no quita que pasen largas temporadas juntos como puede ser disfrutar de viajes o pasar largas temporadas en casa de la otra persona. Además, muchas parejas se sirven de los fines de semana para pasar tiempo juntos, compartiendo aficiones y durmiendo juntos.