La legislación portuguesa sobre gestación subrogada, también conocida como vientres de alquiler, limitará el contacto de la madre gestante con el bebé al "mínimo indispensable" tras su nacimiento y privilegiará la relación con la madre genética.
Así se recoge en el decreto reglamentario aprobado este jueves por el Gobierno luso en consejo de ministros, que define el procedimiento de autorización previa al que se encuentra sujeta "la celebración de negocios jurídicos de gestación por sustitución", como se denomina en Portugal a la gestación subrogada.
La norma establece que deben prevalecer los intereses del infante por encima del resto y que también deben tenerse en cuenta los intereses de la mujer gestante, según recoge el comunicado del consejo de ministros.
La relación de la madre gestante con el bebé se limitará "al mínimo indispensable", debido a los "potenciales riesgos psicológicos y afectivos que esa relación supone, sin perjuicio de las situaciones en las que la gestante de sustitución es un familiar próximo".
Ley polémica
La ley que regula este tipo de gestación en Portugal se aprobó en 2016, pero era necesario un decreto reglamentario que especificase su regulación para que pueda empezar a ser aplicada.
En su momento, la norma generó polémica porque fue vetada por el presidente de Portugal, Marcelo Rebelo de Sousa, al considerar que existían "vacíos legales" sobre la salvaguarda de los derechos del niño al nacer y de la mujer gestante.
El Parlamento aprobó una nueva versión para subsanar estos vacíos y la norma fue finalmente decretada por Rebelo de Sousa el 31 de julio de 2016.
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