El presidente de la DPZ, Juan Antonio Sánchez Quero, y el obispo de Tarazona, Eusebio Hernández Sola, han firmado este viernes un convenio para el desarrollo de esta actuación, que comprende las obras, así como iluminación y arqueología; la intervención en pinturas murales históricas con relieves de Alonso González de León -relacionado con el pintor Pietro Morone- y la restauración y montaje del Retablo Gótico de Martín Bernat.

Mediante este convenio, el Obispado de Tarazona encomienda y autoriza la gestión de la actuación a la Diputación de Zaragoza, que se compromete a su vez a asumir la redacción del proyecto -que ya había adelantado-, así como a la contratación de las actuaciones necesarias, que la institución espera licitar lo antes posible.

Con este objetivo, los técnicos de la institución solicitarán en los próximos días la licencia de obras al Ayuntamiento de Tarazona y lo remitirán a la Comisión de Patrimonio, para que informe la actuación.

La dirección de las obras y la redacción del proyecto, desarrollado desde la institución provincial, tienen una valoración cercana a los 30.000 euros; mientras que el coste de la obra que saldrá próximamente a licitación asciende a 368.978 euros, que se divide en tres partes principales: las obras, iluminación y arqueología, que cuenta con un presupuesto de 154.479,79 euros; la intervención en pinturas murales históricas con un presupuesto de 112.046 euros; y la restauración y montaje del retablo, con un coste de 82.885 euros.

En cuanto a los plazos, el proyecto se realizará entre este año y el próximo y está previsto que pueda financiarse en un 50 por ciento con fondos FEDER, para lo que ya se había contemplado en el presupuesto vigente.

CAPILLA DE LA PURIFICACIÓN

La capilla de la Purificación fue construida dentro de la catedral de Tarazona a partir de 1551 en la nave del Evangelio, entre la de Santa Marta (actual de la Virgen del Pilar) y la de Santiago.

La entrada de la capilla está presidida por un arco de yeso con imágenes del mismo material de San Pablo y Moisés que representan la nueva y la vieja ley, imágenes cuidadosamente policromadas.

El interior se cubre mediante elegante bóveda de crucería estrellada que rodea un octógono revestido de casetones figurados. El lado norte acoge un arcosolio doble, con un friso de yeso de espectacular decoración pictórica. Además, se conserva un bello retablo hispano flamenco anterior, de 1493, de Martin Bernat.