Una exposición nos descubre las mil caras de Lyonel Feininger, figura esencial de la Bauhaus

  • La Fundación Juan March de Palma dedica una exposición a este polifacético artista estadounidense de origen alemán que repartió su espíritu creativo entre cómics, juguetes, dibujos, pinturas y grabados.
  • En 1919 el arquitecto Walter Gropius le invita a formar parte de la Bauhaus, escuela en la que permanece hasta su cierre en 1932.
  • Los nazis llegaron a calificar su arte de 'degenerado'.
Sin título (La isla), 1923. Óleo sobre lienzo. 46 x 74 cm. Colección particular. Cortesía Moeller Fine Art, Nueva York. Foto: © Achim Moeller (The Lyonel Feininger Project, Nueva York-Berlín) © Lyonel Feininger, VEGAP, Madrid, 2017
Sin título (La isla), 1923. Óleo sobre lienzo. 46 x 74 cm. Colección particular. Cortesía Moeller Fine Art, Nueva York. Foto: © Achim Moeller (The Lyonel Feininger Project, Nueva York-Berlín) © Lyonel Feininger, VEGAP, Madrid, 2017
LYONEL FEININGER
Sin título (La isla), 1923. Óleo sobre lienzo. 46 x 74 cm. Colección particular. Cortesía Moeller Fine Art, Nueva York. Foto: © Achim Moeller (The Lyonel Feininger Project, Nueva York-Berlín) © Lyonel Feininger, VEGAP, Madrid, 2017

La vida de Lyonel Feininger (Nueva York, 1871-1956) estuvo marcada por la dualidad. Nació en Nueva York pero sus padres -músicos alemanes que habían emigrado a Estados Unidos años antes- decidieron enviarle de vuelta a Alemania con apenas 16 años. La ilusión de estos era que Lyonel completara su educación musical y siguiera sus pasos profesionales, sin embargo, el rumbo de la historia le llevaría por otros derroteros, artísticos sí, pero bien distintos.

De su pasión por Bach y la música clásica, Feininger da el salto a un género todavía incipiente por aquellos años: la tira cómica. Entre 1893 y 1915 se dedica por completo al dibujo satírico, la ilustración y las historietas para niños y adultos. Sus viñetas se publicaron en revistas alemanas y francesas como Ulk (Broma), Lustige Blätter (Páginas cómicas) o Le Témoin (El Testigo). En 1906 firma un contrato con el Chicago Sunday Tribune, para el que crea The Kin-der-Kids (Los niños Kin-der) y Wee Willie Winkie's World (El mundo del pequeño Willie Winkie). Sin darse cuenta se convierte en uno de los precursores del cómic, tal y como hoy lo conocemos.

Sus inquietudes no terminan aquí y tan solo un año después, en 1907 y ya con más de 35 años, comienza a pintar cuadros con mayor regularidad y a volcarse mucho más en esta faceta. En sus obras se observa las influencias del cubismo, el constructivismo y el expresionismo. Su línea es abstracta, adopta un lenguaje basado en líneas rectas y planos fragmentados de color, el efecto es similar a cuando uno mira a través de un vidrio roto.

Miembro clave de la Bauhaus

Sin embargo, el momento cumbre de su carrera todavía estaba por llegar. En 1919, el arquitecto Walter Gropius (quien será de por vida uno de sus mejores amigos junto a Josef Albers, Paul Klee y Kandinsky) le invita a formar parte de la Bauhaus y se convierte en director de su taller de grabado hasta el cierre de la escuela en 1932. Comienza entonces una etapa terrible, su arte es tachado de "degenerado" por el nazismo, varias de sus obras confiscadas y toma la decisión de retornar a Estados Unidos en 1917. Allí el Museo de Arte Moderno de Nueva York le dedicaría una gran retrospectiva en 1944.

Tras su paso por Madrid, recala en la Fundación Juan March de Palma la exposición Lyonel Feininger: cómics, juguetes, dibujos y pinturas que reúne cerca de 100 obras que permite recorrer tanto los principales medios con los que el artista trabajó como los principales motivos de sus obras: arquitecturas, barcos y trenes, paisajes y marinas, figuras y personajes urbanos.

Especial fascinación causarán los juguetes reunidos en la exposición, que el artista solía construir en Navidades para sus hijos: coloristas figuras, trenes o casitas. Hubo intentos de producirlos y comercializarlos, pero todo se quedó en un proyecto.

Simultáneamente se ha publicado un catálogo que constituye la primera monografía en español del artista, fundamental si se quiere ahondar más en su figura, y la edición semi-facsimilada en castellano de Lyonel Feininger. La ciudad de los confines del mundo, publicado originalmente en 1965 con textos y fotografías de dos de los cinco hijos del artista, Andreas y Theodore Lux, que también siguieron sus pasos.

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