Los padres del niño Charlie Gard, un bebé de 11 meses con una anomalía genética sobre el que un tribunal británico ha determinado que debe ser desconectado de la máquina que le mantiene con vida, tienen un nuevo motivo para la esperanza: científicos del hospital Vall d'Hebron de Barcelona han remitido una carta al hospital Great Ormond Street de Londres, donde está Charlie, para que paren la desconexión, informa La Vanguardia.
El motivo es que tienen una evidencia de que un tratamiento experimental que están usando en 19 pacientes, 13 de ellos en España, con una anomalía genética bioquímicamente parecida a la de Charlie, podría tener efectos positivos. Por eso, Ramón Martí, jefe del grupo de patología neuromuscular y mitocondrial del Institut de Recerca del Vall d'Hebron, su colega Yolanda Cámara, dos especialistas del hospital Bambino Gesù de Roma, dos investigadores de la Universidad de Columbia y uno de la Universidad de Cambridge han firmado la misiva.
Este viernes, con la carta en su poder, el hospital Great Ormond Street ha pedido a la Corte Suprema una nueva audiencia: "Acabamos de tener evidencia de que el tratamiento experimental del que hablamos traspasa la barrera hematoencefálica, puede llegar al líquido cefalorraquídeo, por lo que cabe una posibilidad de que funcione y que el estado del pequeño pueda mejorar", dice Ramón Martí.
El tribunal ahora tendrá que decidir si mantiene su decisión o permite la aplicación del tratamiento en Charlie. Ante el llamamiento de sus padres, personalidades como el papa Francisco o el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, se han mostrado a favor de que el bebé sea mantenido con vida.
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