El presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, detallará a las 11 horas de este viernes los cambios previstos en su Ejecutivo, que apuntan al relevo de tres consellers del PDeCAT --Neus Munté (portavoz), Jordi Jané (Interior) y Meritxell Ruiz (Enseñanza).

En el caso de Neus Munté su salida del Govern no sería tanto por motivos de desconfianza o de dudas con el referéndum si no porque la consellera de Presidencia y portavoz del Govern se perfila como candidata por el PDeCAT en Barcelona para disputarle la alcaldía a Ada Colau.

Como sustituto de munté en el Govern se perfila Jordi Turull, en sustitución de Neus Munté en Presidència, y su cargo como presidente del grupo parlamentario en JxSí podría recaer en Marta Pascal, coordinadora del partido, que tendría así más visibilidad en el Parlament.

Las mismas fuentes aseguran que la consellera de Gobernación, Meritxell Borràs, seguirá en el Govern pese a que en las últimas horas había sido cuestionada por su papel en el proceso de licitación para la compra de urnas para el referéndum.

Otro nombre que suena con fuerza para incorporarse al equipo de consellers que deben pilotar la recta final hacia el 1-O es Joaquim Forn, actual portavoz de CiU en el Ayuntamiento y mano derecha de Xavier Trias, que ocuparía la cartera de Interior en substitución de Jordi Jané.

Joaquim Forn se haría cargo de una de las carteras más sensibles como es la de Interior, es decir, la consellería responsable de los Mossos d'Esquadra que es la que ha recibido más quejas de parte de la CUP al preguntar qué papel jugarán los Mossos en el caso que se declare inconstitucional el referéndum.

Unas modificaciones que afectarán también a la consellera de Enseñanza, Meritxell Ruiz, y, probablemente también, al secretario del Govern, Joan Vidal de Ciurana.

Puigdemont tiene previsto concentrar en un conseller todas las tareas organizativas del referéndum que quiere convocar para el 1 de octubre.

El objetivo de la crisis de gobierno es formar un equipo de PDeCAT y ERC que no tenga dudas ni sufra por su patrimonio en la recta final hacia el referéndum unilateral de octubre, que tiene la frontal oposición del Gobierno del Estado.

Está previsto que los nuevos consellers tomen posesión del cargo la tarde de este viernes a las 17 horas en el Palau de la Generalitat.

Durante este jueves, Puigdemont intensificó los contactos con miembros de su Govern para diseñar el nuevo organigrama para ganar cohesión interna de cara a la convocatoria del referéndum.

Después de reunirse durante todo el día con los consellers del PDeCAT para conocer en primera persona su grado de compromiso con el referéndum del 1 de octubre, a última hora de este jueves el president de la Generalitat, Carles Puigdemont, anuló los actos previstos en su agenda oficial para anunciar previsiblemente este viernes, en rueda de prensa a partir de las 11 horas, una remodelación en el Govern que previsiblemente dejará fuera entre dos y cuatro consellers, entre los que suenan Neus Munté y Meritxell Ruiz.

Este jueves y durante todo el día, el presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, ha aprovechado la celebración del pleno en el Parlamento para llamar, uno a uno, a los consejeros del PDeCAT para verificar si su compromiso con el 1-O es absoluto.

Así, durante la mañana del jueves desfilaron  por el despacho del president los consejeros Josep Rull (Territorio), Neus Munté (Presidencia), Meritxell Borràs (Gobernación) y Lluís Puig (Cultura). Durante la tarde, Puigdemont ha recibido a Santi Vila (Empresa), Jordi Jané (Interior) y Meritxell Ruiz (Enseñanza). Queda pendiente también ver si, después de cerrar la ronda de contactos con los consejeros del PDeCAT, el presidente amplía las conversaciones también a los consejeros de Esquerra.

Puigdemont los citó para reunirse con él individualmente con la intención de asegurarse que ninguno de ellos tiene dudas para asumir las fases del proceso que vienen y las consecuencias derivadas del referéndum.

Además, fuentes del Gobierno aseguran que el presidente ha aprovechado los encuentros para intentar hacer piña y cerrar filas con los consejeros de su partido ante posibles movimientos que pueda hacer Esquerra Republicana y que puedan perjudicar al PDeCAT.

La ronda de contactos con los consejeros del PDeCAT llega después del cese de Jordi Baiget por la pérdida de confianza en su figura al manifestar dudas sobre el 1-O, y después de que se haya acentuado el rifirrafe interno en los últimos días entre el bloque de consejeros de ERC y los del PDeCAT por la gestión de los preparativos del referéndum.

Respecto al Govern, el cese del conseller de Empresa, Jordi Baiget, por dudar del referéndum abrió la puerta a una primera remodelación en el ejecutivo de Carles Puigdemont y a un aviso claro del president: no pueden exisitir dudas respecto al referéndum, el que no esté convencido o tema por las consecuencias (la pérdida del patrimonio o la inhabilitación) está a tiempo de abandonar.

En este sentido, Puigdemont ha sido claro durante la sesión de este miércoles en el Parlament: las relaciones en el Govern se basan en una "confianza" que "aún es más necesaria" en un contexto de "asedio por tierra, mar y aire del Estado" ante el eventual referéndum del 1-O.

Y partir de aquí empieza una nueva partida, el presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, llevará a cabo este mismo mes de julio una reorganización interna del Govern para concentrar las competencias del referéndum en un conseller.

La primera reorganización gira en torno a la compra de urnas después de que el Govern declaró desierto el concurso el 27 de junio pasado. Así el próximo martes las Consejerías de Vicepresidencia y de Asuntos Exteriores de la Generalitat, lideradas por Oriol Junqueras y por Raül Romeva, pedirán al Gobierno catalán en su reunión del próximo martes asumir la compra de urnas para el referéndum del 1 de octubre.

Como las competencias de comprar urnas corresponden a la Consejería de Gobernación dirigida por Meritxell Borràs, que está siendo investigada por el TSJC por la licitación de compra de urnas, tienen que pedir en la reunión de Govern que se les ceda la competencia a ellos, a través de un acuerdo de Gobierno.

Ahora bien, Junqueras y Romeva asumirán la próxima semana las competencias para adquirir las urnas, pero la orden de la compra definitiva se producirá probablemente de forma colegiada y colectiva por todo el Govern. De esta forma continuará durante unas horas más la estratégia de no personalizar en ningún conseller, sobre todo el Oriol Junqueras, nada que te tenga que ver con la realización del referéndum directamente.

Una vez solucionada la compra de urnas, primer paso imprescindible para seguir adelante con la convocatoria del referéndum del 1-O, el presidente catalán, Carles Puigdemont, se plantea una reestructuración de funciones en el Govern para "concentrar" en un solo conseller la organización del referéndum.

La intención de Puigdemont es tener perfilada esta reorganización antes de finales de mes y estos días se está discutiendo en el seno del Govern.

¿Qué funciones tendrá el futuro conseller encargado del referéndum? Agruparía diversas funciones y competencias relativas a la organización y ejecución del mismo y que ahora se encuentran dispersas entre varias consellerías, como por ejemplo ocurre con la organización de procesos electorales, que recae actualmente en Gobernación, o las competencias de participación, que dependen de la Departamento de Asuntos Exteriores, Relaciones Institucionales y Transparencia.

La principal incógnita es si será Oriol Junqueras el futuro conseller de referéndum. Este miércoles en el pleno del Parlament, Puigdemont ha recordado que el pasado septiembre ya delegó en Junqueras la organización del referéndum -junto con Romeva- y ha añadido: "Claro que tiene el encargo (Junqueras), y lo está haciendo".

Para ERC que Oriol Junqueras asuma las competencias directas del referéndum supone un problema importante: si Junqueras es inhabilitado el partido se queda sin candidato a la presidencia de la Generalitat, como le pasa al PDeCAT que tiene a Artur Mas inhabilitado y Carles Puigdemont ya ha dicho que no será candidato.

Según ERC, tiene que quedar claro que la responsabilidad de hacer el referéndum es "colectiva" de todos los miembros del Govern.

El otro frente abierto se situa en el Parlament: ERC y la CUP presionan a sus socios del PDeCAT para que el Parlament apruebe la ley de Transitoriedad antes del referéndum del 1-O, aunque solo entraría en vigor si gana el 'sí'.

Los republicanos ven necesario que la aprobación de la ley que establece la legalidad de la república catalana no se deje por después del referéndum para evitar así que las interpretaciones sobre el resultado del 1-O reabran el debate sobre la ley. Además, defienden que es la manera más segura porque no haya un vacío legal.

La CUP coincide con los republicanos que esta fórmula garantiza la "irreversibilidad" del proceso.