Durante la jubilación también se puede comprar una vivienda: condiciones a tener en cuenta

  • La estabilidad de ingresos al jubilarse es un punto a favor; disponer de una primera vivienda en propiedad, también.
  • Los bancos exigen que ninguno de los titulares sobrepase los 70-75 años al finalizar el pago y el máximo de financiación es del 50%.
Un jubilado, en una imagen de archivo.
Un jubilado, en una imagen de archivo.
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Un jubilado, en una imagen de archivo.

También durante la jubilación se compran casas. Las situaciones más comunes son adquirir una vivienda en la playa o en el campo, mudarse a un piso más moderno o financiar la casa de los hijos. La cosa es si se puede. O dicho de otra manera, ¿es la edad un problema a la hora de comprar una vivienda? Es la principal preocupación, sobre todo si la pareja de jubilados no dispone de ahorros suficientes y necesita pedir un crédito hipotecario. Pero, como explican en Casaktua, el préstamo es posible. Eso sí, hay una serie de condiciones que conviene tener en cuenta.

De entrada hay que dejar claro que esta situación tiene puntos a favor, como lo es la estabilidad de ingresos. En principio, la pensión es un salario garantizado que se cobra todos los meses. El riesgo es menor y eso lo tiene en cuenta el banco. Otro factor que puede ayudar es contar con un Plan de Pensiones privado que de un empuje a sus ingresos y permita afrontar más holgadamente la cuota mensual.

Otro factor que factor que facilita la concesión de la hipoteca es disponer de una primera vivienda en propiedad. Lo más recomendable es venderla y aumentar el porcentaje de ahorro a aportar en la compra. Además, el actual IRPF ya permite a los mayores de 65 años no tributar por las plusvalías obtenidas cuando se trata de la venta de la vivienda habitual. Si se decide no seguir esta vía, también se puede optar por el alquiler y, con la renta mensual, hacer frente al préstamo.

Y no es lo mismo ser jubilado que prejubilado. Estos últimos tienen mayores posibilidades de que el banco les conceda una hipoteca. Su edad oscila entre los 55 y 65 años, suelen tener un perfil socioeconómico medio o medio-alto y habitualmente cobran tramos más altos de pensión.  

En ambos casos estaremos hablando de una hipoteca a corto plazo. Recuerdan en Casaktua que a la hora de conceder el crédito, los bancos exigen que ninguno de los titulares sobrepase los 70-75 años al finalizar el pago (algunos incluso ponen el tope en 80 años). Por tanto, el plazo máximo a conceder estaría en los 10 años, 15 si se trata de prejubilados.

Si los ahorros son muy escasos, a no ser que se disponga de unos ingresos muy elevados, la concesión de la hipoteca se complica. Por norma general, la financiación de un banco estaría en el 80% del precio de la vivienda. En este caso, los expertos recomiendan que no supere el 50%, así hay mayor facilidad de pago. Además, los intereses a pagar serán mucho menores que en una a 30 años al ser más corta y con cuotas más altas. En cuanto a los productos vinculados, dependiendo de la edad, el comprador se ahorrará el seguro de vida, ya que éste solo cubre hasta una edad límite de 65 años. Finalmente, el seguro de amortización solo cubrirá a la persona hasta los 70 años.

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