Se cuenta que la semana del puente de agosto España cierra por vacaciones, pues a los que ya disfrutan del descanso estival se suman muchos comerciantes, profesionales autónomos e incluso asalariados que se cogen el puente o incluso la semana completa. Es, sobre el papel, un momento de descanso e, incluso, de alegría. Sin embargo, esta semana puede volverse amarga para muchos empleados que quizá hayan recibido o estén a punto de recibir la carta de despido.

Es como si de una conjunción astral se tratase. Agosto es un mes especialmente dramático en lo que a desempleo se refiere, pues siempre aumenta el paro, con una tendencia creciente en 2015 y 2016. A ello se suma que las empresas tienen la costumbre, más que contrastada, de aprovechar los viernes o las vísperas de fiesta (especialmente en los puentes) para comunicar a uno o varios trabajadores la ruptura de relaciones laborales.

Rubén Gallego, director del área laboral del despacho Ibérica Abogados, lo confirma. "Analizando las cartas que nos llegan, constatamos que una mayoría se entregan en viernes o vísperas de fiesta, bien sean despidos bien comunicaciones de cese de actividad por finalización de contrato, aunque estos últimos suelen estar supeditados a la existencia de plazos fijados, especialmente los temporales, no tanto los de obra y servicio".

Aunque si hay un día que se puede anotar en rojo en los calendarios laborales ese es el último de cada mes. Y agosto se lleva la palma.

Además, están las fechas. "Son mucho más habituales los despidos en Navidad y durante el verano. Recibimos muchos clientes y no paramos de acudir a juicios en los meses de septiembre y octubre por casos que hemos recibido especialmente en agosto, aunque también en julio", explica Gallego.

Las cifras lo avalan. Según las estadísticas de altas y bajas de afiliaciones a la Seguridad Social, agosto es en su conjunto un mal mes para el empleo. El número de afiliados medidos de media a lo largo del mes siempre ha sido negativo, pero las cifras son especialmente duras si se analizan los viernes y, muy especialmente, el último día del mes. Para hacerse una idea, el pasado año, con un preocupante repunte, la diferencia entre las altas y las bajas arrojó un saldo negativo de 236.687 afiliaciones menos el último día hábil de agosto, y un año antes 197.324.

Comparando el balance de cada día, es fácil constatar como aumenta de forma considerable el número de despidos en todos los viernes del mes –salvo raras excepciones- con predominancia en los viernes o vísperas de fiesta anteriores al puente de la Asunción. E igual que en los otros ratios, el pasado año repuntó con fuerza, pues el jueves 12 (el viernes no se trabajó al pasarse la fiesta del 15 de agosto que cayó en domingo) el saldo de afiliaciones marcó una caída de 34.208, no visto en los últimos cinco años. En 2015 el saldo se situó en 17.737 menos.

(Fuente: Secretaría de Estado de la Seguridad Social).

"Este año, julio ha sido algo más tranquilo que el año pasado, aunque el otro día estuve en el SMAC, el Servicio de Mediación, Arbitraje y Conciliación, y estaban dando el número 500. Calcule, si cada día hay 500 casos, algunos con varios trabajadores, sólo en Madrid". Habrá que esperar a ver las cifras para saber cómo se ha comportado agosto este año.

El director de laboral de Ibérica Abogados no es capaz de explicar la razón por la que las empresas eligen para entregar las cartas de despido los viernes, las vísperas o fechas señaladas cuando una parte de la plantilla está descansando. "Quizá se evite la conflictividad, pero realmente no sé los motivos", dice.

Algunas empresas explican que, por un lado, se hace pensando en los trabajadores, que tienen el fin de semana para recabar el apoyo de familiares y amigos. Aunque también reconocen que tiene el doble efecto, por un lado, de evitar posibles reacciones por parte del resto de la plantilla, pues muchos trabajadores no han llegado a enterarse del despido del compañero o la del propio trabajador que podría responder con acciones desagradables, incluso violentas.

Sin embargo, expertos en coaching y consultores -no necesariamente abogados- especializados en cómo abordar procesos de despidos lo desaconsejan por generar un mal ambiente en la plantilla que lo considera una acción torticera y cobarde y acarrea mal estar ante lo que se empieza a conocer como Black Friday laboral.

En un plano más práctico, y para aquellos que hayan recibido la carta de despido, Rubén Gallego recomienda acudir a un abogado, al menos, si se produce alguna de estas dos acciones. En el caso de contratos temporales o por obra y servicio -especialmente si se ha producido una concatenización de contratos- si no está muy clara la causa de la temporalidad.

Si el juez cree que no se justifica, puede considerar el puesto de trabajo como indefinido y, por tanto, no se trataría de una finalización de contrato, sino un despido, lo que supondría una mayor indemnización.

También es recomendable siempre que la carta de despido sea muy escueta, sin narrar adecuadamente los hechos que justifican el despido.

Por otro lado, Gallego recuerda que no es legal en el caso de trabajadores, fijos despedir un viernes y volver a contratar un lunes. Distinto es el caso de contratos temporales, muchos de los cuales se firman por días o incluso horas.

No obstante, aunque la legalidad de firmar cada lunes un nuevo contrato temporal no esté muy clara, en opinión del abogado laboralista sería un hecho ilícito y muchos jueces así lo consideran. "Tuvimos un cliente, un médico, al que despedían cada sábado y contrataban el lunes con un contrato nuevo". Ganaron el caso.