Herman de Vries y Adriana Bustos protagonizan la temporada estival en el MUSAC de León

  • Con 85 años a sus espaldas, De Vries (Alkmaar, Países Bajos, 1931) presenta su primera exposición individual en nuestro país.
  • Es una muestra retrospectiva que abarca un extenso período de trabajo de más de 50 años.
  • La argentina Adriana Bustos establece en todos sus trabajos relaciones entre acontecimientos históricos que ocurrieron en momentos diferentes.
Obra de la artista argentina Adriana Bustos que puede verse en el MUSAC de León
Obra de la artista argentina Adriana Bustos que puede verse en el MUSAC de León
ADRIANA BUSTOS
Obra de la artista argentina Adriana Bustos que puede verse en el MUSAC de León

El verano en el MUSAC de León tiene dos nombres propios: Herman de Vries y Adriana Bustos. Ellos son los protagonistas de las dos exposiciones principales de la temporada estival en el museo leonés. A pesar de ser ya todo un veterano con 85 años a sus espaldas, de vries (Alkmaar, Países Bajos, 1931) presenta su primera exposición individual en nuestro país: chance & change. Una muestra retrospectiva que abarca un extenso período de trabajo de más de 50 años, e incluye obras tempranas informales así como producciones específicas donde la naturaleza se presenta como una obra de arte.

De hecho, el objetivo principal de este artista es despertar los sentidos del espectador para aumentar nuestra conciencia del entorno y admirar la belleza natural. La naturaleza es protagonista y materia viva de su obra como podemos comprobar, entre otras, en las tres obras producidas específicamente para esta exposición y que giran en torno a la riqueza y diversidad natural de la provincia de León. humulus lupulus (from carrizo de la ribera, león), por ejemplo, es una gran pieza circular que se irá transformando a lo largo de la exposición a medida que el lúpulo se vaya secando.

La carrera de de vries despega en la década de los 50 como miembro del movimiento internacional ZERO. En esta época huye del colorido del expresionismo para adoptar la ausencia de una firma personal, algo que encontró en el uso del monocromo y la repetición: collages de papel blanco sobre fondo blanco, esculturas blancas o pinturas blancas.

Sin embargo, el momento clave de su carrera artística llegaría en los años 70. Por un lado, gracias a su trabajo en el Instituto de Investigaciones Biológicas Aplicadas en la Naturaleza en Arnhem, y por otro, su traslado al pequeño pueblo alemán de Eschenau, donde reside todavía, le llevan a tomar conciencia del potencial de la naturaleza. Y de hecho, el título de la exposición hace referencia a este momento de oportunidad y cambio.

Simbiosis con la naturaleza

De Vries se siente uno con la naturaleza, la considera la realidad primaria en la que se basa la existencia humana y empieza a vivir y crear de acuerdo con sus ideas sobre el orden de la naturaleza, coexistiendo sin jerarquías. Es en este momento cuando empieza a escribir su nombre con minúscula como expresión de su creencia en la igualdad.

De todo esto queda testimonio en obras ya clásicas como 1 and 3 hours beneath my apple tree [1 y 3 horas bajo mi manzano] (1975), donde de vries intenta demostrar la idea del azar en la naturaleza pegando las hojas según se cayeron de un manzano; o en trabajos más recientes como bamboo [bambú] (2014) o die steine [piedras de la provincia de león] (2017), donde utiliza elementos de la naturaleza "tal cual" sin ninguna intervención, y llama la atención sobre la unidad y la diversidad del mundo que nos rodea.

Con esta exposición, abierta al público hasta el 4 de febrero, de vries nos incita a mirar y abrir los sentidos para percibir la belleza y diversidad del mundo que nos rodea. Porque como él mismo dice "no solo se trata de lo que el artista está haciendo, creando o pensando que es parte de su concepto, sino lo que percibe, lo que le hace comenzar. Está conectado al mundo por sus sentidos: sus ojos, su sentido del gusto, sus oídos. No solo es el entorno, es su espacio vital y está conectado a él todo el tiempo, también por la respiración. Toma aire, lo suelta, lo toma, lo suelta, como cualquiera".

Espíritu crítico

Por su parte, Prosa del observatorio es el título de la exposición individual de la artista argentina Adriana Bustos (Bahía Blanca, 1965). El MUSAC nos invita a realizar un recorrido por sus principales líneas de investigación a través de tres series de trabajos: Antropología de la mula (2007-2011), ¿Quién dice qué a quién? (2016-2017) y la reciente El retorno de lo reprimido (2017).

Su título hace alusión directa a la obra homónima de Julio Cortázar (1972), donde su paisano establecía correspondencias entre la migración de las anguilas por los ríos europeos y las observaciones nocturnas del maharajá Jai Singh, creador de observatorios astronómicos durante el siglo XVIII en la India. Del mismo modo, la artista establece relaciones entre acontecimientos históricos que ocurrieron en periodos diferentes.

Así en Antropología de la Mula, se marca un paralelismo entre los itinerarios recorridos por las mulas (animales de carga) destinadas a la explotación y exportación de metales preciosos en la época colonial y las mulas (correos humanos de droga) en los siglos XX y XXI. Por su parte, en ¿Quién dice qué a quién? indaga en la participación del pensamiento científico y la comunicación en los modos de sometimiento y de control social. Este trabajo desarrolla una epistemología sobre los sistemas de control y circulación de la información, de la censura y de la historia de la propaganda política.

Siempre buscando añadir el espíritu crítico a su trabajo artístico, en El retorno de lo reprimido intenta dar respuesta a la explotación, censura, sometimiento y anulación de la población negra. La artista analiza aquí el tráfico de esclavos llevado a cabo a través del océano Atlántico entre los siglos XVI y XIX, lo que supuso el mayor movimiento migratorio forzado de la Historia.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento