Los interrogantes del conflicto que está paralizando el aeropuerto de El Prat

Colas en el aeropuerto de Barcelona-El Prat.
Colas en el aeropuerto de Barcelona-El Prat.
EUROPA PRESS
Colas en el aeropuerto de Barcelona-El Prat.

El conflicto que se ha desatado en el aeropuerto de Barcelona-El Prat por culpa de la huelga del personal de seguridad de Eulen plantea una serie de preguntas. El proceso por el que ha pasado la situación provoca que tanto el Gobierno como la Generalitat hayan tenido que intervenir.

Los segundos lo hicieron con una propuesta intermedia entre las peticiones del comité de huelga y lo que estaba dispuesta a ofrecer la empresa. Mientras, el Ejecutivo ha tomado cartas en el asunto en última instancia para dar una salida a la situación recurriendo a la Guardia Civil para que se haga cargo de la seguridad y acelerando la puesta en marcha de un laudo arbitral para acabar con el conflicto. Pero quedan una serie de incógnitas por resolver.

¿Por qué han ido los vigilantes a la huelga?

Las reclamaciones de los trabajadores van en dos sentidos. Piden mejoras salariales, pero también de la plantilla. En el primer aspecto, lo que reclaman es que haya igualdad entre los sueldos de los nuevos trabajadores y los que ya formaban parte de Eulen. Para ello, exigieron un aumento de 350 euros para las recientes incorporaciones. La empresa, por su parte, cifró su primera oferta en 30 pero a medida que avanzaron las negociaciones se situó en 155.

Por otro lado, exigen que haya un quinto trabajador para cada filtro, con el objetivo de desatascar la alta carga de trabajo en los periodos de más afluencia -como puede ser precisamente el verano, y sobre todo el mes de agosto-. Al mismo tiempo, hablan de la necesidad de un aumento considerable de la plantilla para poder cubrir los descansos.

¿Cuáles son las condiciones actuales de un trabajador de Eulen?

En primer lugar, los sueldos oscilan entre los 900 y los 1.100 euros mientras que las horas extras se pagan a ocho. Además, los trabajadores de nueva incorporación no cuentan con una serie de pluses que los antiguos sí tienen: ahí se genera otro punto de fricción dentro del conflicto.

De esta manera y con estas condiciones, el comité de huelga reclama que no existen relevos suficientes en caso de bajas o vacaciones y que el hecho de hacer jornadas largas -en muchas ocasiones ininterrumpidas y de hasta 16 horas- genera una carga excesiva, tanto física como mental.

¿Qué opciones han tenido sobre la mesa?

Un total de cuatro. La de la Generalitat, un aumento salarial de 200 euros en doce pagas, la de máximos que defiende el comité (aumento de 350 euros en quince pagas), y otras dos opciones intermedias, que no habían sido negociadas previamente, que se añadieron a última hora.

Las dos nuevas propuestas establecían, la primera de ellas, un complemento salarial de 200 euros en quince pagas, y la segunda un aumento de sueldo de 250 euros en quince pagas.

Este domingo se ha rechazado la oferta la propuesta que preveía una subida de 200 euros mensuales en doce pagas.

¿Cuál es el papel de Aena?

Sencillo. Hay una parte de los huelguistas que ponen su foco en Aena como responsable de las condiciones de trabajo. Eso tiene una explicación: fue precisamente Aena, que cuenta con un 51% de capital público, la que sacó a concurso la seguridad de El Prat y Eulen adquirió esa posición por algo más de 23 millones de euros.

Ese lugar es el que, para el comité, exige a Aena formar parte de las negociaciones porque entienden que el fin del conflicto pasa por llegar a un acuerdo con la operadora. Eso sí, desde Aena se han negado en todo momento a enviar representantes a las mesas de diálogo.

¿Qué responsabilidad tiene la Generalitat?

Ha mediado y debería seguir mediando, aunque este domingo fuentes de la Generalitat han dado por acabadas sus labores de mediación. Haya o no sector público de por medio, el departamento de Trabajo de la Generalitat tiene que intervenir en este tipo de conflictos. Y así lo hizo cuando a principios de la semana pasada ofreció una serie de mejoras laborales y salariales, entre ellas, un aumento de hasta 200 euros mensuales por trabajador y la incorporación de un quinto vigilante en cada filtro de seguridad. Esto es, una propuesta intermedia entre las dos que manejaban las partes.

Eulen aceptó la propuesta a pesar de considerarla "muy por encima de lo admisible" pero el comité de huelga la consideró insuficiente. Aún así, la sometió a votación en asamblea. ¿Resultado? Rechazo y mantenimiento de los paros. Lo mismo que ha ocurrido este domingo.

¿Y el Gobierno?

El estado tiene competencia exclusiva en los aeropuertos calificados de interés general. El Prat forma parte de esa categoría. Precisamente por eso, el Ejecutivo ha tenido que intervenir, aunque durante buena parte de las negociaciones había mantenido una posición secundaria, hasta este fin de semana, cuando ha dado un paso adelante para presionar a los trabajadores y advertirle de que estaban antes su última oportunidad (en referencia a la votación de este 13 de agosto).

Este domingo, el ministro de Fomento, Íñigo de la Serna, ha informado que ya está en marcha el procedimiento para la aprobación del laudo de arbitraje obligatorio del conflicto laboral de los trabajadores de seguridad de Barcelona-El Prat, y ha añadido que, a lo largo del fin de semana, el Ejecutivo ha comenzado con los preparativos para llevarlo a cabo. También ha anunciado que desde este lunes se reforzará la presencia de agentes de la Guardia Civil en el aeropuerto para realizar la bores de vigilancia y las de seguridad habituales de los trabajadores de Eulen.

A finales de semana, desde el portavoz del Govern, Jordi Turull, hasta la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, se había culpado al Gobierno del conflicto, comentando que "no se toman en serio el problema que se ha generado". "No puede ser que Aena esté desaparecida y la Delegación del Gobierno de vacaciones", declaró Turull en su momento para poner el foco en los que el Govern considera responsables.

"Es inadmisible y hacemos directamente responsables al Estado, al Gobierno, y exigimos que arreglen esta situación que han generado ellos", comentó la propia Colau hace días en una entrevista en la SER.

¿Qué consecuencias han tenido los paros?

La más importante son las colas de gente que se generan en los controles de seguridad. Hay que tener en cuenta que los paros no han sido constantes hasta ahora, es decir, hay horas en las que los trabajadores cumplían con normalidad, pero se arrastran las esperas desde los tiempos de huelga.

Esto tiene especial relevancia dada la época del año en la que se produce. De hecho, una de las principales preocupaciones de las autoridades es cómo se va a gestionar el flujo de viajeros durante el puente del 15 de agosto, durante el que se esperan millones de desplazamientos.

Habrá que comprobar qué impacto tienen los paros desde este 14 de agosto, ya que se "entra en una nueva fase de la huelga", según ha señalado el ministro De la Serna, al tratarse de una huelga indefinida.

¿Se aprovecha la situación para hacer campaña del 1-O?

Sí. Al cruce de acusaciones entre los diferentes partidos políticos se sumó la campaña propagandística realizada por ANC: miembros de la asamblea aprovecharon las colas para repartir folletos.

"Si pierdes el tiempo y el avión en Barcelona es porque alguien en Madrid te tiene que solucionar el problema: España es el único país del mundo donde un ministerio gestiona 46 aeropuertos de manera centralizada", rezaba alguno de los lemas.

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