Louise Dahl-Wolfe, la fotógrafa que cambió el mundo de la moda

  • El Museo San Telmo de San Sebastián dedica una retrospectiva a esta fotógrafa que renovó por completo la fotografía de moda entre las décadas de los 30 y 60.
  • Durante más de dos décadas trabajó para la revista 'Harper's Bazaar', cabecera en la que publicó casi un centenar de portadas.
  • También realizó numerosos retratos de las estrellas de Hollywood de la época.
Foto de Louise Dahl-Wolfe de 1940. Louise Dahl-Wolfe © 1989 Center for Creative Photography. Arizona Board of Regents. Cortesía de Staley-Wise Gallery, New York.
Foto de Louise Dahl-Wolfe de 1940. Louise Dahl-Wolfe © 1989 Center for Creative Photography. Arizona Board of Regents. Cortesía de Staley-Wise Gallery, New York.
LOUISE DAHL-WOLFE
Foto de Louise Dahl-Wolfe de 1940. Louise Dahl-Wolfe © 1989 Center for Creative Photography. Arizona Board of Regents. Cortesía de Staley-Wise Gallery, New York.

"Nunca tuve la intención de ser fotógrafa. Estudié pintura y diseño y con ello aprendí a calibrar el espacio y a saber distribuir formas y volúmenes por él. Fue mi mejor formación", así se confesaba Louise Dahl-Wolfe a sus 92 años en 1987 con motivo de la exposición retrospectiva que le dedicó el National Museum of Women in the Arts de Washington.

Y así fue como ocurrió. A pesar de que la fotografía no era su vocación –su intención original la llevaría a estudiar decoración en Nueva York- Dalh-Wolfe se convirtió durante el periodo comprendido entre 1930 y 1960 en la mayor renovadora de la fotografía de moda.

Tras su paso triunfal por la edición de 2016 del festival PHotoEspaña y Le Pavillon de Montpellier, un centenar de fotografías de la artista recalan este verano en el Laboratorio del Museo San Telmo de San Sebastián hasta el próximo 1 de octubre. Una exposición que nos viene como anillo al dedo para recordar a una de las fotógrafas más virtuosas y perfeccionistas del pasado siglo.

Los golpes del destino

Nacida como Louise Emma Dahl-Wolfe (San Francisco, 1895-Nueva Jersey, 1989), inició sus estudios en 1914 en la Escuela de Bellas Artes de California (hoy San Francisco Institute of Art). Tras un parón de unos años debido a la muerte de su padre, Dahl decide trasladarse a Nueva York en 1923 para continuar formándose en decoración de interiores, diseño y arquitectura.

La artista sufre otro golpe del destino en 1926, cuando fallece su madre. En ese momento pone tierra de por medio con un viaje a Europa y Túnez con su amiga Consuelo Kanaga, fotógrafa del San Francisco Chronicle. En ese tour conoce a su futuro marido, el escultor Meyer Wolfe –quien le apoyaría durante toda su carrera y construiría muchos de los fondos de sus fotografías- y ya como matrimonio regresan a San Francisco en 1930, donde ella entra en contacto con Edward Weston y Dorothea Lange y, por fin, toma la decisión de convertirse en fotógrafa profesional.

La época dorada en Harper's Bazaar

En 1933, la artista se muda a Nueva York y tres años después entra en la plantilla de la revista Harper's Bazaar. Comienza entonces su época dorada en lo profesional. Durante más de dos décadas realiza centenares de retratos y fotografías de moda, que se traducen en un total de 86 portadas para la cabecera, 600 fotografías en color y más de 3.000 fotografías en blanco y negro.

En un mundo copado por hombres, como casi todos en aquella época, su prestigio estuvo a la altura de colegas contemporáneos de profesión como Edward Steichen, Irving Penn o Martin Munkácsi. Una de sus grandes bazas, como ella misma reconocería, fue su formación previa en dibujo y estudios de anatomía en el instituto de arte lo que le ayudó enormemente a  la hora de realizar sus composiciones fotográficas.

En un género todavía incipiente para la época como la fotografía de moda, Dahl-Wolfe se convirtió en toda una revolucionaria: fue pionera en utilizar la luz natural, en las localizaciones exteriores (llevó a sus modelos a lugares tan diversos como el desierto de California, el norte de África, Cuba o España) y, sobre todo, en el uso del color. "Podía conjurar armonías con las combinaciones más sorprendentes", diría la crítica de fotografía Vicki Goldberg. Sus experimentos con el color le proporcionarían el reconocimiento con la medalla en 1939 y el premio en 1941 del Art Directors Club of New York.

Descubridora de Lauren Bacall

Como fotógrafa de Harper's Bazaar, Dalh-Wolfe tuvo la oportunidad de experimentar también con el retrato. Fueron muchas las estrellas de Hollywood que pasaron por delante de su objetivo: Vivien Leigh, Marlene Dietrich, CaroleLombard, Bette Davis, Ginger Rogers, Orson Welles o Charles Boyer, entre otros. Por primera vez una artista se salía de los cánones establecidos en los encorsetados retratos promocionales de la época y les invitaba a posar al aire libre y con la luz natural de su Rolleiflex.

En 1943, tras fotografiar a Betty Bacall (luego rebautizada como Lauren) y aparecer en la portada de Harper's Bazaar, la joven modelo de 17 años firmó el contrato para protagonizar su primera película, Tener y no tener, dirigida por Howard Hawks y con Humphrey Bogart como partenaire.

Otros ilustres personaje de la cultura, el arte y la política como Jean Cocteau, Colette, Lotte Lenya y Kurt Weill, Christopher Isherwood y W.H. Auden, Edward Hopper, Isamu Noguchi, Carson McCullers, André Malraux o Yves Montand también engrosaron su archivo fotográfico.

Tras su retiro en 1960, su obra se sume en un cierto olvido hasta la década de los 1980 en que publica su libro de memorias A Photographer's Scrapbook, 1984 y, es animada por Staley-Wise Gallery a exponer Nueva York. A partir de ahí, comienza el reconocimiento y su obra es objeto de exposiciones en The Grey Art Gallery, New York University, Nueva York, 1983; el Museum of Contemporary Photography, Columbia College, Chicago, 1985; el National Museum of Women in the Arts, Washington, 1987 y 2009; el Fashion Institute of Technology Museum, New York  y el Center for Creative Photography, Tucson, Arizona, 2000.

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