La actuación de la Guardia Civil en El Prat anula los efectos del tercer día de huelga indefinida

Agentes de la Guardia Civil custodian los accesos a las puertas de embarque en el aeropuerto de Barcelona.
Agentes de la Guardia Civil custodian los accesos a las puertas de embarque en el aeropuerto de Barcelona.
Quique García / EFE
Agentes de la Guardia Civil custodian los accesos a las puertas de embarque en el aeropuerto de Barcelona.

El Aeropuerto de El Prat opera también este miércoles con normalidad en la tercera jornada de huelga indefinida de los trabajadores de Eulen, como consecuencia del refuerzo de la Guardia Civil y el cumplimiento de unos servicios mínimos del 90%, a la espera de que el Consejo de Ministros tome alguna decisión sobre el laudo obligatorio.

Según fuentes del Aeropuerto de Barcelona-El Prat, la actividad es la habitual en un día de pleno agosto e incluso se han reducido, hasta desaparecer en algún momento, las colas que se registraban de madrugada en los controles de seguridad estos últimos días.

El pico máximo de espera esta madrugada se ha dado a las 03.54 horas y ha sido de 17 minutos, mientras que se ha situado por debajo de los diez minutos a partir de las 05.12 minutos. La instalación aeroportuaria catalana tiene previsto este miércoles un total de 499 vuelos de salida, cifra similar a la de los últimos días.

El refuerzo de los filtros con más agentes de la Guardia Civil y el cumplimiento de los servicios mínimos de más del 90% ha hecho que las colas se redujeran ostensiblemente desde el pasado lunes, precisamente cuando se inició la huelga indefinida de los trabajadores que se encargan de los controles de seguridad.

Los agentes de la Guardia Civil participan en las tareas de revisión de equipajes y control del arco de metales, compartiendo con los trabajadores de Eulen labores ejecutivas y no solo de vigilancia, como solían hacer antes de los paros.

El Consejo de Ministros se reúne este miércoles por la tarde de manera extraordinaria para abordar el conflicto de El Prat, cuya solución pasa ahora por un arbitraje mediante un laudo obligatorio, que impondría las condiciones laborales tanto a la empresa como a los trabajadores de Eulen.

El personal de Eulen en Barajas, por su parte, se encuentra reunido para decidir qué pasos van a dar en solidaridad con sus compañeros de El Prat, y decidir si se va a realizar o no "alguna acción".

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