La discoteca de Lloret de Mar en la que murió un joven italiano el sábado tras ser apalizado ha contratado este miércoles a dos nuevos vigilantes de seguridad para acelerar los trámites de reapertura del local, que está cerrado después de que el consistorio así lo ordenara.

Así lo ha explicado en declaraciones a Europa Press el abogado del local del ocio y presidente de la Federación Catalana de Asociaciones de Actividades de Restauración y Musicales (Fecasarm), Joaquim Boadas, que ha concretado que la discoteca ya cumplía con la normativa de seguridad del municipio, que obliga a tener a dos vigilantes de seguridad y seis controladores de acceso.

"La discoteca decidió ampliar desde un primer momento los efectivos de seguridad del local, y se contrató a nueve controladores de acceso", ha sostenido Boadas, que ha especificado que los dos nuevos vigilantes se sumarán a los nueve controladores actuales.

Además de estas nuevas contrataciones, el local ha pedido a la Organización Internacional de Ocio Nocturno-International Nightlife Association que le otorgue un distintivo para demostrar que la discoteca "va más allá de las exigencias de seguridad de España" y cumple con todos los estándares, ha dicho Boadas.

CONCURSO DE ACREEDORES

El abogado del local y presidente de Fecasarm ha pedido al Ayuntamiento de Lloret de Mar que deje reabrir la discoteca y que el negocio pueda seguir trabajando para evitar su cierre definitivo, después de que en abril se declarara en concurso de acreedores.

Boadas ha puntualizado que ya han entregado al consistorio la memoria de seguridad del local que se les ha exigido, por lo que espera que antes del fin de semana la sala pueda continuar con su actividad: "Esperemos que se pueda reabrir mañana".

"Si la sala cierra, irán a la calle los 48 trabajadores actuales y echará el cierre una empresa de 55 años", y ha asegurado que si la discoteca no abre en los próximos días ya no facturará lo necesario para seguir en funcionamiento.