En concreto, más de la mitad de los encuestados, el 54,09 por ciento, ha dicho que durante el verano, y no sólo durante las vacaciones, cambiaba sus hábitos alimenticios, lo que contribuía a su aumento de peso.

Así, el 22,73 por ciento de los encuestados consume más cerveza y refrescos, el 35,45 por ciento aumenta el consumo de helados y dulces, el 5,45 por ciento consume más comidas preparadas, y el 36,36 por ciento come más frutas y verduras.

De igual modo, pese a que un 55,45 por ciento de los encuestados ha dicho que hace deporte durante el verano, principalmente running, caminar, nadar y deportes de agua, seguían incrementando su peso por unos malos hábitos alimenticios.

Finalmente, el 52 por ciento de los encuestados ha afirmado que tras el verano tiene pensado quitarse los kilos de más, especialmente gracias a una dieta sana descartando los alimentos procesados, explica la empresa de I+D+i "Aora Health" en nota de prensa.