Juana Rivas entrega a sus hijos a la Guardia Civil y su padre acude a recogerlos

Francisco Arcuri, expareja de Juana Rivas, a su llegada a la comandancia de Granada para recoger a sus hijos.
Francisco Arcuri, expareja de Juana Rivas, a su llegada a la comandancia de Granada para recoger a sus hijos.
Miguel Ángel Molina / EFE
Francisco Arcuri, expareja de Juana Rivas, a su llegada a la comandancia de Granada para recoger a sus hijos.

Los hijos de Juana Rivas ya están con su padre, Francesco Arcuri, que llegaba sobre las 13.30 horas a la Comandancia de la Guardia Civil de Granada donde su expareja Juana Rivas había dejado a los niños en cumplimiento de la orden judicial que la obligaba a entregarlos al padre, que denunció la sustracción de los menores. Arcuri ya se ha llevado a los menores, que estaban tranquilos.

Juana Rivas, la madre de Maracena en libertad provisional tras incumplir la orden de entregar sus hijos al padre, condenado en 2009 por lesiones en el ámbito doméstico, ha entregado a sus hijos, de 11 y 3 años, finalmente a la Guardia Civil sobre las 11 de la mañana, unas horas antes de que cumpliera el plazo dado por la juez para su devolución, según han informado a 20minutos fuentes de la Guardia Civil.

Fuentes judiciales y de la subdelegación del Gobierno han explicado que los menores han sido entregados a su padre, Francesco Arcuri, en cumplimiento de una sentencia judicial. La expareja de Juana Rivas ya ha abandonado la comandancia con sus hijos.

Prisión sin fianza para Rivas

El Juzgado de Instrucción número 2 de Granada dejaba esta mañana sin efecto el ultimátum a Rivas, que debía proceder este lunes a las 17 horas a la devolución de los menores en un punto de encuentro familiar de la Junta de Andalucía. El padre es quien ostenta legalmente la tutela provisional de los pequeños, a la espera de la vista definitiva, fijada para el 31 de octubre en Italia.

El pasado fin de semana, los servicios sociales italianos anunciaron su compromiso de supervisar la situación de los niños cuando vuelvan junto a su padre, Francesco Arcuri, al país, dado que está previsto que se los lleve enseguida de vuelta a la isla de Carloforte (Italia), donde regenta un hotel rural. Dicha supervisión se llevará a cabo debido a las denuncias por maltrato interpuestas por Juana Rivas.

En el mismo auto, la magistrada citaba a declarar el próximo miércoles a la asesora jurídica del Centro Municipal de la Mujer de Maracena, Francisca Granados, y a la psicóloga del citado organismo como investigadas ante "su presunta intervención bien como inductoras, bien como partícipes necesarios, en los delitos de sustracción de menores".

Un día después tendrán que declarar los familiares de Juana Rivas, hasta segundo grado de consanguinidad, también en calidad de investigados y por su presunta intervención en el mismo delito de sustracción de menores.

Tras tener conocimiento de que Rivas había entregado a los niños, la Fiscalía ha recurrido ante la Audiencia la libertad provisional de esta madre y ha solicitado su ingreso en prisión sin fianza.

Escuchar a los menores

Los dos menores residían en Italia con sus padres hasta que Juana Rivas los trajo con ella a España, en mayo de 2016. Un mes y medio después de su llegada, la mujer de Maracena (Granada) interpuso una denuncia de malos tratos contra su ex que todavía está pendiente de resolución, después de haber tardado más de un año en ser traducida y trasladada a Italia.

El padre, por su parte, denunció la sustracción internacional de los menores y ganó un proceso sobre su tutela provisional.

Este verano Juana Rivas ha permanecido casi un mes escondida con sus hijos para evitar tener que entregárselos a su progenitor, incumpliendo así varias órdenes judiciales que exigían su reposición, derivadas del proceso abierto contra ella por sustracción de menores.

La propia Rivas alegaba que temía por la integridad de sus hijos y la semana pasada, cuando se entregó al juzgado de manera voluntaria, pidió que la Justicia escuchara lo que opinaban los niños, sobre todo el mayor, que ahora tiene 11 años.

En el último auto judicial, la magistrada recordaba que sin la entrega de los menores, estos no podían ser escuchados. También alertaba contra la "alienación parental" que el 'secuestro' podría producir en los menores.

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