Carrie DeKlyen conoció el pasado mes de abril que sufría un cáncer cerebral. La noticia llegó cuando esta mujer de Michigan, Estados Unidos, esperaba una niña.
Los médicos le dijeron que el tratamiento de quimioterapia supondría tener que perder al bebé, pero Carrie prefirió salva la vida de su hija y renunció al tratamiento, explica el diario Detroit Free Press.
El bebé, que se llama Life ('Vida') nació prematuro, con apenas 567 gramos de peso, pero está evolucionando bien. Este sábado, los médicos decidieron desconectar a Carrie de las máquinas que la mantenían con vida.
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