Luis Gaitán, 'dreamer': "No sobreviviría a la situación de mi país si fuera deportado de EE UU"

Luis Gaitán, de 25 años y nacido en El Salvador, vive ahora como dreamer en Houston, Texas (EE UU).
Luis Gaitán, de 25 años y nacido en El Salvador, vive ahora como dreamer en Houston, Texas (EE UU).
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Luis Gaitán, de 25 años y nacido en El Salvador, vive ahora como dreamer en Houston, Texas (EE UU).

La vida de 800.000 jóvenes, la mayoría mexicanos, que residen sin papeles en Estados Unidos, podría verse truncada dentro de 6 meses. Estos emigraron a EE UU cuando eran pequeños y ahora, pese a que se consideran tan estadounidenses como cualquier otra persona nacida allí, podrían ser deportados de vuelta a sus países de origen.

El motivo: el presidente estadounidense, Donald Trump, anuló el pasado día 5 de septiembre el programa de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA, por sus siglas en inglés) por el que se estaban amparados desde 2012. Su rutina ahora está en manos del Congreso, que tiene como límite el 5 de marzo de 2018 para buscar solución a esta situación que los propios dreamers (soñadores) —como los conoce– califican de "golpe devastador" y tras la que —dicen— podría haber "otros fines políticos ocultos".

"El principal temor viene de la situación por la que atraviesa mi país de origen, en la cual no creo que sobreviviera si fuera deportado", afirma a 20minutos Luis Gaitan, un joven maestro de 25 años, nacido en El Salvador y que lleva más de 12 años residiendo junto a toda su familia en Houston (Texas).

"Mi cultura es ahora más estadounidense que salvadoreña, no tengo otra casa a la que ir que esta", reitera este dreamer. Luis llegó a Estados Unidos con tan solo 12 años y ahora tiene toda su vida allí. Tanto él como sus familiares —también sin papeles— tienen trabajos estables o estudian, han fraguado grandes amistades y tienen un hogar fijo en el que vivir.

"Aunque El Salvador tiene un lugar muy querido en mi corazón, ya que esa es la tierra que me vio nacer, la realidad es que yo ya no soy de ese país. Soy de Estados Unidos, me crie aquí, hablo, me visto, pienso y actúo como si hubiera nacido en EE UU", manifiesta. Así, este joven piensa que los dreamers ahora se encuentran en un "estado de limbo" y la eliminación del DACA no haría más que perjudicarlos.

"Solo queremos trabajar y sacar a nuestras familias adelante"

"Yo ya no podría trabajar como maestro, o de alguna otra ocupación, ya que se necesita permiso de trabajo vigente. Aquí en Texas no nos dan licencia para conducir a los indocumentados, así que una vez que venza el DACA ya no podría conducir legalmente dentro del estado. Tampoco podría viajar dentro del país en vuelos domesticos, ya que se necesita algún tipo de identificacion estatal o federal para ello", asegura.

Por su parte, su familia ahora "está muy preocupada". "La aprobación del programa en 2012 fue un momento de liberación para mis padres porque habían logrado que sus hijos tuvieran una oportunidad, que escaparan de la violencia de El Salvador", dice Luis Gaitán.

Respecto a esa violencia de la que habla, y después de que Trump calificase a todos los soñadores como "miembros de pandillas violentas", explica que aunque en su país de origen "hay un severo problema de pandillas y es uno de los países más violentos del mundo, creo que es un prejuicio muy incorrecto". "Como salvadoreños siempre tendremos que luchar contra el prejucio de ser 'pandilleros' y la realidad es que la mayoria de nosotros no lo somos, solo queremos trabajar honradamente y sacar a nuestras familias adelante".

En cuanto a él y a sus hermanos —tiene dos más pequeños— vivir en EE UU les abrió "las puertas a la educación y el trabajo". Sin embargo ahora su hermana está "preocupada por no poder terminar sus estudios universitarios, ya que le quedan dos años" y su hermano "está desilusionado por si finalmente no puede ir a la universidad".

Sobre si la amenaza de Trump se hará real dentro de seis meses, pide que el Congreso tome "una solución sistemática, en la cual aquellos que ya hayan sido beneficiarios del DACA, puedan aplicar al proceso de integración en el país despues de X años trabajando o estudiando" en el mismo.

Del mismo modo, en cuanto al muro que quiere construir el presidente para separar EE UU de México opina que "es irreal". "Yo creo y espero, que no se construya un muro. Pienso que acabar con el DACA y construir un muro con Mexico, les daria un golpe devastador a los miembros del partido republicano en las proximas elecciones, ya que la mayoria de la poblacion en el pais apoya una solucion realista al sistema de inmigracion".

"Los dreamers ya hemos demostrado que queremos ser parte del país, sabemos inglés, hemos demostrado que no somos criminales, y que podemos competir, y hasta destacar, en el mercado laboral. Ahora lo que falta es darnos ese vínculo entre un permiso de trabajo, y el proceso de integración", finaliza.

"Los 'dreamers' somos el futuro de Estados Unidos"

En su misma situación (o incluso peor) se encuentra Carewit Villeda Lopez, otra joven de 22 años que también reside desde hace 12 en Houston. Ella es de origen mexicano, nacida concretamente en Ciudad de México. De allí también es su actual marido y con él tiene un bebé de casi un año por el que lucha a diario para salir adelante.

"Nuestros sueños se están derrumbando", afirma esta mujer a este periódico. Ella trabaja de secretaria en una oficina de una empresa de construcción y por esto cree que "los dreamers somos el futuro de Estados Unidos. Nosotros estudiamos, trabajamos y pagamos tasas. No vivimos en este país de gratis, nosotros aportamos dinero a economia estadounidense".

Carewit también ve "muy injusta" la decisión de Donald Trump de cancelar el DACA: "Todos somos seres humanos y tenemos el derecho de estudiar y de poder ser alguien en la vida, tanto para uno mismo como para el país en el que residimos. Pasamos un background chek (control de antecedentes penales) y demostramos que no somos terroristas".

Respecto a su mayor miedo, también dice que es el de ser deportada "a un país con el que no estoy familiarizada", pero no tanto por ella como por su hijo. "Mi hijo es ciudadano americano, nacido aquí, pero eso me hace tener más miedo ya que si me deportan no tendria con quien dejarlo. Toda mi familia es indocumentada y nos echarían a todos". En Ciudad de México solamente residen sus abuelos y estos viajan cada cierto tiempo a Estados Unidos con visa de turista para visitarlos.

"Creo que Trump nos quiere intimidar para que renunciemos a todo lo que tenemos, pero ninguno de nosotros vamos a dar nuestros sueños por vencidos", insiste Carewit sobre la posible aplicación real o no del cese del programa.

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