Maldita Nerea regresa al mercado con su séptimo disco, Bailarina (Sony Music), un trabajo que sigue la línea optimista que caracteriza su música, que arrastra seguidores en interminables giras. Hablamos con su líder, Jorge Ruiz (Murcia, 1975), sobre buscar el lado femenino y los riesgos de hacer pop hoy en día.

¿Le sigue poniendo nervioso el lanzamiento de un álbum?

No sé si la palabra es nervioso, pero sí con ese cosquilleo de un estreno, por ver la repercusión del público. La verdad es que este disco me tiene muy ilusionado.

¿De dónde viene el nombre de Bailarina?

Por mi hija, cuando se movía en la barriga de su madre y pensé que era una bailarina. De esa palabra me salió la canción y la idea de trabajar el lado femenino. Sacar a bailar el lado femenino, que no solo está en las mujeres, sino en todos.

Está de moda hablar de feminismo...

Pero yo no canto sobre el movimiento, que me parece maravilloso y debe continuar. Creo que hay demasiada confusión con eso. Yo hablo de que el cerebro humano tiene dos polaridades, masculina y femenina, y abogo por que tengamos más en cuenta ese lado femenino que tiene que ver con la escucha, la emoción, la creatividad. El equilibro entre ambas polaridades es bueno, lo que complica las cosas es que uno sea predominante.

Cuando echa la vista atrás en su carrera, ¿qué ve?

Estoy contento de que mis discos tengan  unos mensajes claros y contundentes que se siguen entendiendo. Ahora me siento como un chaval, como si estuviera empezando. Si no fuera así sería muy aburrido, sería un trabajo y esto es una pasión.

¿Cuesta no perder la esencia de los inicios?

Si dejas de tener esa sensación no funcionaría la música. Para que no pase es muy importante el equipo. Hace que no estés en las nubes, en el mal sentido de la palabra.

Su carrera despegó gracias a sus seguidores, conocidos como tortugas. ¿Qué relación tiene con ellos ahora?

Nos gusta interactuar con nuestros fans día a día, no solo en las firmas de discos. En cada concierto me suelo quedar una o dos horas después de tocar, porque en estos tiempos de redes sociales en los que se pierde un poco la humanidad es bueno tener esta cercanía, aunque a veces terminemos más cansados.

Además del disco, publica libro [Una estrella abriendo camino, Aguilar Ocio] en noviembre. ¿Cómo afrontó este reto?

Con mucha ilusión, sentía que necesitaba expresarme en este estilo y la propuesta que me hicieron era muy bonita.

En una época en la que está más de moda otro tipo de música. ¿Cómo aguanta una banda de pop?

Sí, hacer pop ahora es un deporte de riesgo, como el puenting [risas]. No nos vamos a volver locos haciendo reguetón. Hay que hacer lo que a uno le gusta y ser quien eres porque si haces cosas que no quieres se te ve el plumero. Nuestro sello tiene que ver con la lírica y con un mensaje positivo, no canto desde la pena ni la ausencia.