Ascienden a 305 los muertos del terremoto de magnitud 7,1 en el centro de México

Vista de un edificio derruido tras un sismo de magnitud 7,1 en la capital mexicana.
Vista de un edificio derruido tras un sismo de magnitud 7,1 en la capital mexicana.
Alejandro Cruz / EFE
Vista de un edificio derruido tras un sismo de magnitud 7,1 en la capital mexicana.

Ya son 305 personas, entre ellas un ciudadano español, las que han muerto tras el terremoto de magnitud 7,1 en la escala Richter que se produjo este martes en el centro de México. En la capital y otras ciudades se han derrumbado edificios y hay personas atrapadas en su interior, en cuyo rescate trabajan los equipos de emergencias.

El último balance oficial lo ha aportado el coordinador nacional de Protección Civil, Luis Felipe Puente. Ciudad de México es la zona más afectada, con 167 fallecidos. En Morelos han perdido la vida 73 personas, 45 en Puebla, 13 en el Estado de México, seis en Guerrero y una en Oaxaca.

La televisión mexicana mostró imágenes de equipos de rescate y voluntarios trabajando sobre los escombros de edificios que se han venido abajo en varias zonas de la capital mexicana. Las autoridades temen que la cifra de muertos siga aumentando en las próximas horas.

En la escuela Enrique Rébsamen, en el sur de Ciudad de México, al menos 19 niños y seis adultos han perdido la vida. Otros once menores fueron rescatados con vida. El centro se derrumbó a causa del seísmo.

En la capital de México han sido rescatadas con vida 60 personas. El Gobierno de la capital, donde 38 edificios se vinieron abajo, calcula que hará unos 2.900 dictámenes de inmuebles para determinar si las viviendas están o no en condiciones de ser habitadas. Aún sin cifras exactas del número de personas que han tenido que abandonar sus casas, en los 44 albergues dispuestos por la Secretaría de Desarrollo Social están pernoctando 2.500 personas.

Los edificios derrumbados en Ciudad de México se encuentran en distintas zonas, como las colonias Condesa, Del Valle, Narvarte, Centro, Coyoacán y Xochimilco.

Comité de emergencia

El presidente del país, Enrique Peña Nieto, convocó una reunión de urgencia con todo su gabinete nada más ocurrir el suceso y ordenó que los servicios de emergencia estén abiertos a toda la población. Asimismo pidió que se evacuaran los hospitales con daños y el traslado de sus pacientes a otras unidades médicas.

En el momento del temblor, el mandatario se encontraba volando hacia Oaxaca para visitar las zonas afectadas por el terremoto de magnitud 8,2 de hace dos semanas. Tras conocerse el nuevo movimiento telúrico, decidió dar la vuelta y volver a Ciudad de México.

El epicentro del movimiento telúrico se localizó en el límite entre los estados de Puebla y Morelos, a 12 kilómetros al sureste de Axochiapan y a 120 kilómetros de la capital. Su profundidad fue de 57 kilómetros.

El movimiento se produjo cerca de las 13.00 horas (20.00 hora peninsular española), justo una hora y media después de que Ciudad de México y varias otras capitales hubieran desarrollado un simulacro de evacuación en caso de terremoto. Este se realiza todos los años en esta fecha, la efeméride del fatídico terremoto de 1985, el peor de la historia del país.

Las dos mediciones han causado que al principio se pensara que se trataba de dos terremotos seguidos. El SSN ha aclarado después que se ha tratado de uno solo.

Antes de las alarmas

Durante el terremoto hubo mucha confusión porque el movimiento se notó mucho antes de que saltaran las alarmas sísmicas, un sistema de altavoces distribuidos por la ciudad que se debe activar en los segundos previos a la llegada del movimiento telúrico. El terremoto se ha producido casi dos semanas después de  y que dejó casi un centenar de muertos. Y el mismo día, pero 32 años después, del terremoto de 1985 que dejó unos 20.000 muertos en la capital.

El terremoto también causó numerosos cortes en el servicio eléctrico. La Comisión Federal de Electricidad informó de que 3,8 millones de clientes carecen de suministro de energía eléctrica debido al movimiento telúrico. Además hubo fugas de gas y el servicio de telefonía y el tráfico en varias estaciones del Metro quedaron interrumpidos.

Las actividades escolares han sido suspendidas hasta nuevo aviso, al igual que la sesión bursátil, para salvaguardar la seguridad del personal y de las instalaciones.

Testimonios de pánico

"Ha sido horrible, lo he sentido mucho peor que el del otro día", dijo la española Ana Bofill, en referencia al temblor del 7 de septiembre. Ella se preparaba para viajar este mismo martes a España.

"El terremoto me ha sorprendido cuando estaba haciendo el finiquito para dejar mi casa. He salido corriendo por la escalera con tan mala suerte que me he caído y me he dañado la pierna", ha relatado.

"Nunca he vivido un sismo así. El edificio se movió mucho, pensaba que se iba a caer", ha contado el colombiano Jonathan Barbosa.

"Los cables de la luz empezaron a chocar y explosionar. Estoy todavía muy asustado. Afortunadamente ya he podido hablar con mi familia en Colombia", ha indicado.

Tras el temblor, la gente se agolpó junto a los edificios derrumbados, cubriéndose la cara con las manos a causa del fuerte olor a gas, mientras preguntaban por familiares atrapados.

Las autoridades fueron cortando las calzadas y pidiendo con megáfonos que la gente despejara las calles y se trasladara a los parques. Los helicópteros sobrevolaban a baja altura coordinando los trabajos de las autoridades federales, la armada y el ejército mexicano.

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