Investigadores de la Universidad de Adelaida, en Estados Unidos, han confirmado que Beelzebufo, una especie de rana extinta que habitaba en Madagascar, era capaz de comer pequeños dinosaurios hace unos 68 millones de años.

La revelación –compartida esta semana en la revista Scientific Reports– proviene de un estudio que analiza la destreza en los mordiscos de esta especie de ranas, que tenían dos pequeños cuernos que les asomaban en el extremo de la cabeza, junto con una boca grande y redonda.

"A diferencia de la gran mayoría de las ranas que tienen mandíbulas débiles y que consumen presas pequeñas, el Beelzebufo comía animales de su mismo tamaño –incluyendo otras ranas, serpientes y roedores–", dijo Marc Jones, investigador de la Universidad de Adelaida en un comunicado de prensa.

Los investigadores usaron un modelo a escala para estimar la fuerza en el mordisco de estas ranas. El prototipo reveló que Beelzebufo podía generar una fuerza en su mordisco comparable a la de un lobo o tigre hembra.

"En esta fuerza de mordisco, Beelzebufo habría sido capaz de someter a los dinosaurios pequeños que compartían su entorno", dijo Jones.

Los investigadores diseñaron y construyeron un dispositivo de fuerza de mordisco personalizado usando un transductor, un dispositivo al que le añadieron un par de placas cubiertas de cuero diseñadas para absorber la fuerza de las mandíbulas de un animal.

"Esta es la primera vez que se mide la fuerza del mordisco en una rana", afirmó Jones. "Y, por experiencia, este anfibio tiene una mordedura impresionante, y tienden a no soltarse".

Según los estudios recientes, se ha podido conocer que Beelzebufo medía en torno a unos 41 centímetros y pesaba alrededor de los 4,5 kilos.