El exministro de Asuntos Exteriores y Cooperación, José Manuel García Margallo, ha mostrado este jueves una "profunda tristeza" por los acontecimientos que se suceden en Catalunya y ha acusado a los "dirigentes de la Generalitat" catalana de "falta de lealtad institucional", al tiempo que ha recordado que "sin reglas no hay posibilidad de convivencia". Así, ha señalado que se debe mantener el orden pero "sin romper demasiados platos".

Además, ha mantenido que "como a todos" los que hicieron la Constitución del 78, los hechos de Catalunya les han supuesto "una cierta frustración y cierta inquietud" porque se entendía que la Carta Magna "iba a resolver el problema territorial", ya que asumía las reclamaciones de la calle: "Libertad, amnistía y Estatut d'Autonomia".

Para Margallo, lo que se ha visto estos días es "una ruptura y una fractura de la cohesión social, de la concordia y de la convivencia, como no había visto desde 1976".

En atención a los medios antes de presentar su último libro en el Museo Arqueológico de Alicante (MARQ), un acto al que ha asistido el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, José Manuel García Margallo ha señalado que se debe respaldar al Gobierno de Mariano Rajoy que tiene como "obligación" restablecer el Estado de Derecho: "Sin reglas no hay posibilidad de convivencia".

"Sin un reglamento que aceptemos todos, que es el que el pueblo español se ha dado a sí mismo, no es posible ni la convivencia ni la concordia", ha sostenido.

Margallo ha incidido en que "a partir del día 2, si no pasan más cosas de las que deberían pasar, hay que mantener el orden pero sin romper demasiados platos, hay que hacer una oferta a la sociedad española y catalana diciendo que estamos dispuestos a hacer los cambios para seguir avanzando".

Así, ha subrayado que la riqueza española se ha multiplicado por seis desde la entrada en la Unión Europea, aunque ha reconocido que "quedan muchas cosas por hacer, los sueldos son muy bajos entre los jóvenes y eso ha creado un déficit de futuro; pero juntos las haremos infinitamente mejor".

Finalmente, se ha mostrado seguro de que la armonía se va a restablecer porque "fue muchísimo más difícil lo que se hizo en 1975 y 1976, porque no había nada cuando el régimen anterior se cayó".

Al respecto, ha agregado: "Tenemos una Constitución que hay que retocar y modificar, pero en principio vale y ha dado años espléndidos. Estamos en organismos internacionales, en la Unión Europea, la Alianza Atlántica que ahorman cuáles son las reformas; porque a nadie se le ocurre hablar de una economía planificada o neutral".

CONVIVENCIA DEMOCRÁTICA

Sobre su libro, 'Por una Convivencia Democrática', José Manuel García Margallo ha afirmado que ha pretendido reflejar los cambios que se han producido en el mundo desde que se aprobó la Constitución de 1978, "para una vez hecho el diagnóstico saber las modificaciones que se tienen que hacer" para afrontar el siglo XXI.

Ha relatado que España ha pasado de ser un país autárquico a ser "el más abierto de la Unión Europea en exportaciones, después de Alemania", a descentralizar el gasto y a estar en todas las organizaciones internacionales.

Por ello, ha defendido la necesidad de "recoger los derechos y libertades de nueva generación", los derechos sociales "que la crisis ha hecho evidente que tenía la Constitución, cuando hay muchos perdedores de la globalización que se sienten lejanos a las instituciones" y hay que "hacer frente" al conflicto entre Estado y comunidades autónomas "por falta de limitación de competencias", así como abordar la financiación de las comunidades autónomas, que se ha quedado "completamente obsoleto, injusto y antiguo".