La investigación comenzó a mediados de julio de este año, cuando el Ayuntamiento de Ulldecona denunció a los Mossos que alguien había realizado excavaciones no autorizadas en el yacimiento íbero del municipio y, tras el aviso de un vecino, la policía catalana observó como se había practicado un agujero de un metro de profundidad en el que había varias piezas de cerámica, ha informado este domingo el cuerpo en un comunicado.

En septiembre se detectaron nuevas perforaciones y los Mossos pusieron en marcha un sistema de vigilancia, pero no fue hasta el día 13 de ese mes cuando, gracias a un vecino que alertó al cuerpo de la presencia del presunto expoliador, consiguieron encontrarlo y detenerlo en un dispositivo conjunto con la Policía Local de Ulldecona.

El hombre, de nacionalidad española, usaba herramientas de cultivo, un detector de metales y bolsas para recoger el material que desenterraba, y en su domicilio se hallaron decenas de piezas antiguas que probablemente procedían del yacimiento, por lo que fueron intervenidas para analizar su origen y valor arqueológico.

El detenido pasó a disposición judicial el 14 de septiembre y el juez decretó su libertad con cargos, aunque se estima que su acción ha provocado un grave perjuicio a un enclave íbero de gran valor histórico.

El yacimiento de Ulldecona estaba muy bien conservado pero, debido a la acción del expoliador, se han dañado tanto los estratos geológicos como la gran cantidad de objetos cerámicos que contenía, que han quedado fracturados por la chapucera excavación que realizó el hombre.