El arte de Zurbarán cruza el Atlántico y se instala en el museo Meadows de Dallas

  • La impresionante serie 'Jacob y sus doce hijos', compuesta por trece cuadros a tamaño natural, se exhiben por primera vez en Estados Unidos.
  • Doce de los trece cuadros cuelgan desde hace más de 250 años en el comedor de la abadía de Auckland Castle (Inglaterra).
Francisco de Zurbarán (Spanish, 1598-1664) Jacob, c. 1640-45. Oil on canvas. Auckland Castle, County Durham © Auckland Castle Trust/Zurbarán Trust. Photo by Robert Laprelle.
Francisco de Zurbarán (Spanish, 1598-1664) Jacob, c. 1640-45. Oil on canvas. Auckland Castle, County Durham © Auckland Castle Trust/Zurbarán Trust. Photo by Robert Laprelle.
FRANCISCO DE ZURBARÁN
Francisco de Zurbarán (Spanish, 1598-1664) Jacob, c. 1640-45. Oil on canvas. Auckland Castle, County Durham © Auckland Castle Trust/Zurbarán Trust. Photo by Robert Laprelle.

Poco se podría haber imaginado el pintor español Francisco de Zurbarán (1598-1664) en el siglo XVII que sus obras acabarían despertando gran expectación en un país que todavía no tenía ni nombre cuando él vivía. Eso es lo que está ocurriendo estos días el Meadows Museum de la Southern Methodist University de Dallas, donde acaba de inaugurarse una exposición dedicada a este maestro del Siglo de Oro español que reúne su serie Jacob y sus doce hijos.

Compuesta por trece obras -doce de ellas cedidas por el palacio episcopal de Auckland Castle (Condado de Durham, Inglaterra) y una por la fundación Grimsthorpe and Drummond Castle Trust de Bourne, Lincolnshire-, ésta es la primera vez que estas obras en concreto viajan a Estados Unidos y la primera también que una serie de pinturas del artista de tal envergadura visita el país. De hecho, la serie cuelga desde hace más de 250 años en el Auckland Castle y solo una importante reforma del edificio ha logrado que lo abandonasen durante una temporada para realizar esta gira americana.

De esta manera, tras su inauguración en el Meadows este mes de septiembre, la muestra se expondrá en la Frick Collection en enero de 2018 y está previsto que las obras vuelvan a su hogar durante la primavera del próximo año.

La historia de estas bellísimas pinturas a tamaño natural se remonta a 1640. Durante esa década este maestro del arte religioso aborda la representación de Jacob y sus hijos a través de una serie que representa las bendiciones del patriarca a cada uno de sus doce descendientes. Doce de estas trece obras fueron adquiridas por el obispo de Durham, Richard Tervor, en una susbasta de la colección de un comerciante judío llamado Benjamín Méndez celebrada en Londres en 1756. Trevor vio en las obras una oportunidad de transmitir un mensaje del progreso entre las comunidades cristiana y judía en su país e hizo reformar expresamente el comedor de la abadía para exhibirlas en todo su esplendor.

De hecho, el Meadows expone la serie en una sala que evoca con todo lujo de detalles el comedor Long Dining Room de Auckland Castle. En ella se ha utilizado como telón de fondo un papel pintado obra de Zoffany, que es una copia del recubrimiento de las paredes de la abadía, con el objetivo de que los visitantes las contemplen de la forma más parecida a la que lucen en Inglaterra.

"La serie de pinturas de Francisco de Zurbarán procedente de Auckland Castle es extraordinaria y constituye una de las colecciones más destacadas de su obra fuera de España", afirma Mark Roglán, director del Meadows Museum.

Rebuscando en su interior

La estancia de las obras en Estados Unidos ha servido además para realizar un exahustivo análisis técnico de las pinturas en el laboratorio de conservación del Kimbell Art Museum de Fort Worth (Texas). Alí se examinaron bajo luz natural y luz ultravioleta, con microscopio estereoscópico, mediante radiografía de rayos X, reflectología infrarroja y se analizó la trama del lienzo de las trece obras por primera vez.

Todas estas pruebas han aportado gran cantidad de información sobre cada obra: como el tipo de lienzo utilizado, la tierra arcillosa sevillana contenida en la doble capa de preparación de la superficie, la aplicación de pigmentos y veladuras, y las formas en las que se alteraron distintos aspectos de la composición en las últimas etapas de la obra. La investigación deja claro cómo Zurbarán, maestro del claroscuro, incorporaba luces y sombras desde la imprimación al organizar sus composiciones ya en la primera parte del proceso. "Estas obras hablan ahora incluso con mayor claridad acerca de su creatividad e ingenuidad como artista", comenta Claire Barry, Directora de Conservación del Kimbell.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento