Varios hoteles de Barcelona echan a 500 policías y guardias civiles alojados

Dos vehículos de la Guardia Civil esperan los últimos agentes pendientes de desalojar el Hotel Vila de Calella.
Dos vehículos de la Guardia Civil esperan los últimos agentes pendientes de desalojar el Hotel Vila de Calella.
ACN
Dos vehículos de la Guardia Civil esperan los últimos agentes pendientes de desalojar el Hotel Vila de Calella.

Varios hoteles de Calella (Barcelona), entre ellos el Palmeras, el Catalonia y el Vila, han instado a los 500 agentes de la Policía Nacional y la Guardia Civil a que abandonen sus instalaciones después del referéndum celebrado este domingo.

Fuentes policiales han indicado que en el caso de la Policía Nacional son 250 los agentes antidisturbios que tendrán que buscarse otro alojamiento mientras permanezca el dispositivo desplegado en Cataluña.

Según las mismas fuentes, un grupo de personas ha acudido a uno de los hoteles a increpar a los agentes y la dirección del establecimiento ha dado un ultimátum a los policías para que a las doce del mediodía abandonaran sus habitaciones.

Las fuentes han indicado que la propia alcaldesa de Calella, una localidad próxima a Barcelona gobernada por el PDeCAT, ha sido la que ha llamado directamente a los directores de los hoteles advirtiéndoles de que o echaba a los agentes o paralizaba licencias de reforma pendientes.

Agentes de las Unidades de Intervención Policial (UIP) llevan al menos diez años alojados en establecimientos hoteles de Calella sin que se hayan producido incidentes de ningún tipo e, incluso, han atendido a los policías con hospitalidad.

Pese a todo, los agentes han decidido dejar los hoteles para que los trabajadores, algunos de los cuales este lunes no han acudido a su puesto, no tengan problemas y han expresado el agradecimiento a todos los empleados por la atención que han recibido siempre.

Gimnasios, bares y otros comercios que durante años se han favorecido por la presencia casi continua en la localidad de fuerzas de seguridad no han permitido este lunes la entrada a los agentes.

Incluso, algunos de ellos han publicado mensajes en sus cuentas de las redes sociales para condenar la actuación policial de este domingo en los centros de votación y avisan a los policías: "A partir de hoy, a favor de un derecho fundamental como la democracia, usted no es bienvenido. Seguramente otros muchos establecimientos estarán encantados de recibir su dinero".

Esta situación ha sido denunciada también por la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC), que, en un comunicado, además de relatar el caso de los hoteles ha resaltado el acoso y hostilidad contra los guardias civiles que está provocando "situaciones muy difíciles en el seno familiar de trabajadores que hace hasta escasas fechas vivían plenamente integrados en Cataluña".

Cargas contra manifestantes

Este domingo por la noche, agentes de la Guardia Civil cargaron con porras extensibles contra un grupo de manifestantes que les increpaban y se concentraban a las puertas del hotel donde se alojaban en Calella. Según la Guardia Civil, los agentes cargaron para mantener despejada la puerta del hotel y evitar así que sus compañeros quedaran aislados, de forma que pudieran acceder al establecimiento.

Los agentes del instituto armado alojados en el hotel de Calella habían llamado a las 22.40 a los Mossos d'Esquadra para alertar de que había un grupo de personas que les estaban increpando a las puertas del establecimiento.

Los Mossos se personaron al lugar, intentaron mediar y establecieron un cordón de seguridad para que los concentrados no se acercaran todavía más al hotel.

De repente, según la versión de la policía catalana, un grupo de agentes de la Guardia Civil, algunos de paisano y otros con uniforme, se saltaron el cordón establecido por los Mossos y propinaron varios golpes con sus porras extensibles metálicas a los concentrados. La situación se normalizó poco antes de la una de la madrugada, según las fuentes.

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