Más de 12 años han pasado desde su estreno en Londres hasta la llegada a España de Billy Elliot, uno de los musicales más premiados de este siglo. "¡Imposible!", decían escépticos (y no tan escépticos) entendidos en la materia."No tenemos cultura de musical ni artistas formados en el género, y mucho menos niños», argumentaban. Algunos incluso dudaban de que hubiera talento patrio.

Pero ¡vaya si lo había!, y así se demuestra en la versión adaptada al español y dirigida por David Serrano (Hoy no me puedo levantar, Más de 100 mentiras...) de Billy Elliot, que desde este jueves acoge el Teatro Alcalá.

Casi cien artistas, la mayoría menores, participan en esta gran producción –valgan como referencia algunos datos: nueve músicos, 150 micros, 250 trajes, casi 17.000 horas empleadas por cada trabajador antes del estreno–. Y da gloria verlos.

En nuestra función, la candidez y la delicadeza en el baile de Pau Gimeno como Billy y el desparpajo de Beltrán Remiro (este niño podría apellidarse Talento; ¡no le pierdan la pista!) en el papel de Michael conquistaron al respetable en general y le arrancaron un aplauso inmenso en el número que protagonizan ambos, Sé tú mismo. Son pequeños que se miran en el espejo de consagrados como Natalia Millán, Carlos Hipólito, Adrián Lastra, Mamen García...

Pero semejante derroche de medios y aptitud son solamente la aportación made in Spain. Los temas musicales, palabras mayores, los firma sir Elton John. El libreto, directamente Lee Hall, el guionista de la celebrada película (estrenada en el 2000) de la que surgió el show.

La historia es la misma, la del crío de una pequeña ciudad de la Inglaterra de los ochenta, destinado a practicar boxeo y trabajar en la mina, que encuentra su camino en algo tan antagónico como el ballet.

La trama hace el musical no solo apto, sino interesante para todos los públicos a partir de ocho años –se advierte, eso sí, del empleo de lenguaje inapropiado–: unos se quedarán con las divertidas peripecias de Billy y los niños de su entorno, otros con la importancia de la familia, otros con el conflicto social y la respuesta de las fuerzas de seguridad –¿les suena?–... Y todos tendrán a su alcance una entretenida lección de respeto y tolerancia.

Un total de 55 niños (seis se alternan en el personaje de Billy, otros seis en el de Michael, cinco en el de Debbie, 28 en los de las siete alumnas de la clase de ballet...) reciben formación en una escuela dirigida por Víctor Ullate Roche para actuar en Billy Elliot. El musical solo se representará en Madrid, entre otros motivos para permitir que ellos compatibilicen su vida artística con la personal.