En 1924 André Breton redactaba el Primer Manifiesto del Surrealismo y situaba de manera oficial en el calendario el nacimiento oficial de este movimiento artístico. En su texto, el escritor lo definía como "un automatismo psíquico puro por cuyo medio se intenta expresar verbalmente, por escrito o de cualquier otro modo, el funcionamiento real del pensamiento. Es un dictado del pensamiento, sin la intervención reguladora de la razón, ajeno a toda preocupación estética o moral".

Con base de operaciones en París (aunque pronto  se extendió a otros países como España, Bélgica, Suiza, Reino Unido, México o Estados Unidos) tuvo representantes estrella y mundialmente conocidos como Salvador Dalí, Max Ernst, André Masson, Joan Miró o el propio Breton. Pero, ¿qué papel tuvieron las mujeres en esta corriente?

A pesar de que se consideró de entrada un movimiento transgresor y en las antípodas de todo academicismo, la mujer fue para el surrealismo mas bien un objeto artístico (a camino entre musa y objeto sexual) que un sujeto creador.  Y sin embargo, este movimiento tuvo representantes femeninas muy importantes que el Museo Picasso de Málaga ha tenido a bien rescatar en su nueva exposición.

Somos plenamente libres. Las mujeres artistas y el surrealismo presenta el trabajo de un grupo de mujeres artistas que a partir de los años veinte del siglo pasado fueron partícipes del surrealismo. Autoras que, en su gran mayoría, fueron eclipsadas por sus compañeros hombres y valoradas en inferioridad, pero cuya obra debe ser considerada con la misma atención y puesta en valor.

La exposición reúne ciento veinticuatro obras de dieciocho autoras de diferentes países: Eileen Agar, Claude Cahun, Leonora Carrington, Germaine Dulac, Leonor Fini, Valentine Hugo, Frida Kahlo, Dora Maar, Maruja Mallo, Lee Miller, Nadja, Meret Oppenheim, Kay Sage, Ángeles Santos, Dorothea Tanning, Toyen, Remedios Varo y Unica Zürn. Quizás no estén todas las que son, como reconoce el propio comisario, José Jiménez (catedrático de Estética y Teoría de las Artes de la Universidad Autónoma de Madrid), pero sí son todas las que están.

"No constituye una enumeración cerrada, sino una lista abierta a nuevas consideraciones e inclusiones. Se trata de una selección que busca la coherencia en la construcción del relato expositivo, teniendo como ejes centrales la calidad artística de las obras y el ejercicio de estas mujeres de su autonomía activa, como sujetos pensantes y creativos, hacia la plena libertad", comenta Jiménez.

Y es ese ejercicio de liberación, una de las reivindicaciones claras de esta muestra. Ya que para estas artistas el surrealismo fue la manera de "explorar sus pensamientos y sentimientos más profundos y construir su identidad. Estas creadoras se sumergieron en el insconsciente como medio de autoconocimiento y con un sentido más introspectivo que lúdico: fue la herramienta con la que exploraron su ser femenino en el mundo y con el que exorcizaron demonios".

La Vieja Europa, de hecho, a pesar de la revolución creativa que vivía Paris en aquellos años veinte, no les ofreció lo que buscaban y muchas de ellas, tras la segunda Guerra Mundial encontraron en el exilio en países como México y Estados Unidos, la libertad que necesitaban y tanto ansiaban. La muestra podrá verse en el centro andaluz hasta el próximo 28 de enero.