Las investigaciones arrancaron cuando en una empresa de transporte de Pinoso (Alicante) se produjo el hurto de 1.000 kilos de aluminio y de llantas de camión a plena luz del día. Tres hombres entraron con una furgoneta al aparcamiento y sustrajeron ese material, para lo que aprovecharon la hora del almuerzo de los trabajadores.

El Equipo ROCA de la Guardia Civil de Ibi (Alicante), encargado de delitos relacionados con el campo y zonas aisladas, averiguó que el vehículo que utilizaron para cometer el delito en Pinoso también estaba implicado en varios hechos delictivos en las provincias de Alicante y Murcia.

En concreto, los robos se produjeron en las localidades alicantinas de Pinoso, Santa Pola y Castalla, así como en las murcianas de Librilla y Yecla (Murcia).

Los sospechosos salían de su casa a diario para elegir naves industriales que tuvieran un aparcamiento abierto y sin vigilar, preferentemente en la hora de descanso de los trabajadores.

CARGABAN EL VEHÍCULO A DIARIO

Una vez escogidas, sustraían todo tipo de materiales y lo cargaban en la furgoneta. Si el botín conseguido era escaso, buscaban más material en otras empresas, de forma que no cesaban la jornada delictiva hasta que no llenaban su vehículo por completo. Después, vendían el material por chatarrerías y paleterías de Cox (Alicante) y de Elche.

Precisamente, los agentes encontraron en una paletería ilicitana al empresario que les compraba el material sustraído sin verificar su procedencia, además de anotar de forma incorrecta los datos de los vendedores para, según la Guardia Civil, dificultar la investigación policial.

Tras las pesquisas, los efectivos averiguaron que los sospechosos habían realizado ventas en este establecimiento de hasta 46.000 kilos de material y que habían percibido por ello más de 13.000 euros, durante todo un año.

Los sospechosos han sido localizados y detenidos cuando se dirigían a un polígono industrial de Agost (Alicante), para cometer más robos. Son tres españoles de 36, 39 y 63 años de etnia gitana y han quedado en libertad provisional con cargos tras pasar a disposición judicial.

Otro hombre, un paraguayo de 37 años y propietario del establecimiento de Elche, es investigado por un delito de receptación, por su presunta colaboración en la venta del material robado.