Sergio Morate se niega a declarar en el inicio del juicio por el doble crimen de Cuenca

  • Asesinó en 2015 a su expareja y a una amiga de esta antes de ser detenido en Rumanía: desde entonces se encuentra en prisión preventiva.
  • La Fiscalía ha pedido para él un total de 48 años de cárcel.
  • El jurado será popular y estará formado por siete hombres y dos mujeres.
Sergio Morate, en una imagen de archivo.
Sergio Morate, en una imagen de archivo.
EFE/ Dragos Bota
Sergio Morate, en una imagen de archivo.

El juicio por el caso Morate, por el que la Fiscalía pide un total de 48 años de prisión al considerarle culpable del asesinato de su expareja y de una amiga de ésta en verano de 2015, ha arrancado en la Audiencia Provincial de Cuenca este lunes con jurado popular -el Tribunal del Jurado está compuesto por siete hombres y dos mujeres-, en una sesión en la que se ha solicitado el análisis de más de 40 pruebas y en la que el propio Sergio Morate se ha acogido a su derecho a no declarar.

El acusado ha llegado al tribunal escoltado y allí le esperaba una multitud, en la que se encontraban familiares de las víctimas, que le recibió entre gritos de "asesino" justo antes de acceder el recinto. Además, la defensa de Morate ha pedido el aislamiento del jurado o celebrar el juicio a puerta cerrada.

La primera sesión del juicio ha finalizado tras 11 horas en las que más de una decena de testigos han pasado por la sala de vistas de la Audiencia Provincial de Cuenca para ser cuestionados por los letrados, y varios de ellos han coincidido en apuntar la existencia de malos tratos previos por parte del acusado hacia Marina cuando ambos mantenían una relación.

En el escrito de acusaciones definitivo, recogido por Europa Press, la Fiscalía solicita como pruebas a estudiar, además de las distintas actas de levantamiento de cadáveres o inspecciones oculares de los vehículos utilizados tanto por el presunto asesino como por las víctimas, grabaciones de conversaciones mantenidas por Marina Okarinska -expareja de Morate- o las propias grabaciones del acusado una vez detenido.

Se solicita igualmente para dirimir la responsabilidad de Sergio Morate el testimonio de 27 testigos, al margen de la comparecencia de hasta 20 agentes de Policía Nacional que intervinieron a lo largo del proceso de detención.

La detención de Morate por este doble crimen se remonta a agosto de 2015 —fue detenido en Rumanía— y desde esta fecha se encuentra en prisión preventiva.

Según el auto de hechos justiciables, recogido por Europa Press, los hechos que se enjuiciarán, durante la celebración del juicio, se reducen a si el acusado  —condenado por delitos de detención ilegal y amenazas en el ámbito de la violencia de género— mantuvo durante cuatro años, y hasta el mes de marzo de 2015 una relación de pareja con Marina Okarinska, la cual decidió poner fin a la misma.

Así como que, tras poner fin a la relación, el acusado, que no asumió dicha decisión, comenzó a gestar, a partir de ese momento, la idea de poner fin a la vida de Marina Okarinska. Posteriormente, fue adquiriendo todos los medios necesarios, incluso cal viva, para ejecutar el plan de poner fin a la vida de Okarinska y deshacerse posteriormente de su cadáver.

De igual modo, el juez tendrá que enjuiciar si Morate acabó también con la vida de Laura del Hoyo, y si posteriormente trasladó los cadáveres de Marina y Laura hasta el paraje denominado El Bodegón, en el término municipal de Palomera (Cuenca) marchándose posteriormente a Rumanía, donde fue detenido el pasado 13 de agosto de 2015.

Se determinará asimismo si los hechos expuestos son constitutivos de dos delitos de asesinato y si concurren las agravantes de parentesco, de cometer el hecho por razones de género, de abuso de superioridad, de ejecutar el hecho aprovechando las circunstancias de lugar que debiliten la defensa del ofendido o faciliten la impunidad del delincuente o de abuso de confianza.

Indemnizaciones

El Ministerio Fiscal, en su escrito de acusaciones del pasado mes de febrero, solicitó un total de 48 años de prisión para el acusado, así como una indemnización de 50.000 euros al marido de quien fuera la pareja de Marina, 200.000 euros para sus padres, y 30.000 euros más para su hermana; a lo que hay que sumar otros 200.000 euros para los padres de Laura y otros 30.000 para sus hermanas, lo que eleva el total a 510.000 euros.

La representación procesal de Morate solicitó la libre absolución del acusado pues, a su parecer, el auto de apertura de juicio oral "infringía los derechos fundamentales" de Morate, "vulnerándose el principio de presunción de inocencia".

Las acusaciones particulares presentaron escrito de conclusiones acusando a Morate de dos delitos de asesinato, mientras que la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, personada como acusación particular, se adhirió a las peticiones formuladas por el Ministerio Fiscal.

La hermana de Marina: "Levanta la cabeza, desgraciado"

Durante la primera sesión del juicio, la hermana de Marina, Alina Okarinska, se ha dirigido directamente al presunto asesino nada más entrar a la sala de vistas para espetarle: "Levanta la cabeza, desgraciado, y mira a mi madre a la cara".  Posteriormente, ha explicado a preguntas de la Fiscalía que Morate "controlaba cada paso que Marina daba".

"Mi hermana, por ejemplo, venía a mi casa, y cada dos por tres le llamaba para preguntar qué hacía. Siempre la vigilaba". Ha relatado además que Sergio Morate llegó a viajar hasta Ucrania cuando Marina ya estaba asentada en su país de origen toda vez que puso fin a su relación amorosa.

En su testimonio, ha dicho que la tarde en la que desaparecieron Laura y Marina acudieron a la casa de Morate, donde ya se encontraba la policía. Allí, coincidieron con la madre de Morate, quien "estaba destrozada".  Había contactado previamente con ella por teléfono para preguntar por Morate y por si conocía el paradero de Marina y Laura. "Me dijo que no sabía nada, y que Morate había pasado a cenar y se había ido muy rápido".

A preguntas de su abogada, ha reconocido que en dos ocasiones ha tenido que dejar sendos puestos de trabajo a instancias de Morate a quien "no lo gustaba" sus labores. En ambas ocasiones, ha dicho, dejó dos establecimientos hosteleros para pasar a trabajar con la familia de Morate, en su tienda de muebles primero y en el restaurante de un tío suyo después.

"Ella quería ponerle fin. Eran incompatibles. Al final, incluso dormían en camas separadas", ha dicho Alina, quien ha detallado que Marina regresó a Cuenca para trabajar en Semana Santa para "no fallarle" a la dueña del establecimiento hostelero, con quien se había comprometido.

Según Alina, el control de Morate hacia su hermana era tal que incluso accedía a su teléfono móvil. "Mi hermana tenía cuentas en redes sociales ucranianas, y él llegaba a utilizar un traductor para entender los mensajes", ha detallado. Además, ha dicho desconocer si Morate llegó a maltratarla físicamente, pero sí que ha reconocido que le insultaba.

Testimonio de los Padres

De su lado, la madre de Marina, Olga Okarinska, ha dicho a preguntas del Ministerio Fiscal que su hija vivía desde hacía ocho años en España, y que conocía a Sergio Morate por su relación amorosa, que duró unos cuatro años. Ha reconocido que tenía conocimiento de que Morate ejercía control sobre Marina, si bien nunca tuvo constancia de que hubiera sufrido algún tipo de maltrato físico.

Según ha dicho, fue en el mes de marzo cuando Marina puso fin a su relación y regresó a Ucrania, tras lo que Morate le llamó por teléfono para preguntar por su hija. Marina, según el testimonio de su madre, regresó a Cuenca en el mes de abril, coincidiendo con la Semana Santa, para trabajar en un restaurante del Casco Histórico de Cuenca, periodo en el que no volvió a tener relación con Morate.

Toda vez que regresó a Ucrania, ha asegurado que Sergio llamó a Marina para pedirle que regresara a la vivienda que habían compartido a recoger sus enseres, ante lo que ella se negó reiteradamente hasta el día de los hechos.

A preguntas de su abogada, ha desvelado que Marina estaba muy integrada en la familia de Morate, llegando incluso a intervenir en el cuidado de familiares suyos. Ha dicho además que dejó un trabajo anterior en una conocida pastelería de Cuenca para irse a trabajar al restaurante del tío de Morate, algo que se produjo por mandato de su novio.

De su lado, el padre de Marina, Yevhne Okarinsky, ha manifestado que la primera vez que su hija regresó a España desde Ucrania para trabajar en Semana Santa en un restaurante conquense, Sergio Morate contactó con él para ir juntos al aeropuerto a recogerla, algo a lo que se negó después de que Marina le dijera que no quería verle. Una vez en el aeropuerto, se encontró con Morate, que finalmente había ido por su cuenta, donde Morate y Marina llegaron a verse.

También ha relatado que un día después de la desaparición de Marina y Laura, preguntó a familiares de Morate si tenían conocimiento de dónde podrían encontrarse.

"Un día la encerró cuatro horas en un coche"

Quien fuera jefa de Marina en el restaurante del Casco Histórico de Cuenca describe que la relación de Morate con ella era de "posesión y acoso". "La seguía fuera del trabajo, le acosaba por teléfono y estaba siempre muy pendiente de ella".

Según su testimonio, Marina compartió con ella alguno de los episodios que sufrió. Una noche "la dejó en un monte metida dentro de un coche, y él se quedó fuera esperando cuatro o cinco horas hasta que se aburrió".

Una de sus amigas íntimas, Bárbara M., explicó en el juicio que el motivo que llevó a Marina a no denunciar el maltrato que recibía era por "cariño y respeto" a la madre del acusado. Esta testigo reconoció que su amiga recibía maltrato físico, y que en alguna ocasión el acusado "le perseguía". "Hasta cuando venía a mi casa después del trabajo veíamos el coche de Sergio dando vueltas alrededor", manifestó.

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