La Catedral, Alcudia, la Albufera, Randa, las compras... lo que nos encanta de la isla de Mallorca

  • La ciudad de Palma aúna a la perfección tradición y modernidad. A espaldas del casco Aantiguo se entrelazan un manojo de callejuelas estrechas.
  • El interior de la isla está lleno de sorpresas, como el interesante pueblo de Randa, que conduce hasta el Santuario de Nuestra Señora de Cura. 
  • Todavía quedan artesanos que fabrican las famosas y tradicionales Abarcas, tan preciadas por las celebrities, así como los tejidos de Llengües.
Bahía en la costa de Mallorca.
Bahía en la costa de Mallorca.
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Bahía en la costa de Mallorca.

Sí en Mallorca hay vida más allá del verano. Con la llegada del otoño, la isla recupera su esencia y tranquilidad, y aparece la Mallorca más auténtica, convirtiéndose en el mejor destino para los amantes de las tradiciones mediterráneas.

1. Lo primero que llama la atención de Palma de Mallorca es su imponente Catedral que parece recibirnos con todo su poderío. En esta isla hay tantas cosas que ver, que más vale organizarse. Para empezar nada como un agradable paseo por el centro de Palma, por sus estrechas callejuelas que aparecen entre los muros de antiguas edificaciones. La zona está llena de galerías de arte, comercios y pastelerías donde podrás degustar lo más selecto de los dulces mallorquines, y a muy buen precio. Y así callejeando nos encontramos con la plaza de Santa Eulalia y su iglesia. Durante el paseo encontrarás pequeñas placitas en esta ciudad que te resultará tan tranquila como su gente. Después, una de las visitas más recomendadas, antes de recorrer el puerto, es la Lonja de Palma, la muestra más destacada de la arquitectura gótica civil en las Islas Baleares. El impresionante edificio hoy se utiliza como espacio de arte y una de las cosas que más llaman la atención es su magnífica luminosidad. Una interesante visita es al castillo de Bellver en busca de las mejores vistas de la bahía de Palma y de toda la ciudad, incluso desde lo alto se divisa perfectamente del palacio de Marivent. Esta fortificación de estilo gótico catalán, situada en una colina a 112 metros de altura, es una de las construcciones más originales mallorquinas. Para los más deportistas la subida al castillo también se puede hacer a través de los 600 escalones que hay desde la base hasta arriba de la colina.

2. Una de las escapadas más interesantes es a la bonita ciudad de Alcudia, en el nordeste de la isla, una localidad que destaca por su puerto y sus murallas góticas del siglo XlV. Paseando por sus calles peatonales y a lo largo del paseo de Ronda llegarás a la iglesia de San Jaime. La mejor manera de conocer este lugar es dando la vuelta al pueblo siguiendo el camino de Ronda. Presta atención a la gran cantidad de casas de origen medieval, de piedra, madera y teja árabe, así como a la torre del Ayuntamiento decorada con escamas de cerámica. Subir a las murallas te permitirá en algunos tramos disfrutar de una vista privilegiada de todo el pueblo, además de divisar una buena panorámica de la sierra de Tramuntana y de la bahía de Pollença. A un kilómetro se encuentra el teatro romano del siglo l. Y para comer, en los restaurantes del puerto podrás saborear, además del típico pa amb oli, un aperitivo muy sabroso de la comida mallorquina, el frito mallorquín de pescado y marisco.

3. Una antigua laguna separada del mar por dunas conforman el parque Natural de la Albufera. Aquí no son bien venidos los coches. Cinco itinerarios que van desde 750 metros hasta 12 kilómetros para recorrerlos haciendo running o en bicicleta. Un lugar donde la palabra tranquilidad cobra todo su sentido. Aquí se respira paz y poco a poco el silencio se queda atrás.

4. Mallorca también se disfruta desde lo alto. En busca de las mejores vistas hay que hacer una escapada a Randa, en el municipio de Algaida. Un pequeño pueblo situado en la parte centro- sur de Mallorca en un enclave privilegiado. Tras las curvas y cuestas empinadas aguarda el Santuario de Nuestra Señora de Cura, donde se respira pura naturaleza. Estamos sin duda en uno de los lugares más bonitos del interior de la isla. Desde lo alto, si el clima lo permite, se divisa la isla de Cabrera. Se puede visitar el museo, comer e incluso alojarse en la hospedería.

5. De Mallorca también nos encantan las compras. Y es que nada más poner un pie en Mallorca apetece ir de shopping. No nos podemos resistir a las Abarcas, las menorquinas de Mallorca que se han convertido en un símbolo de la isla y de todo el archipiélago balear, y que han encontrado un hueco de honor en las mejores tiendas del mundo. Las sandalias que un día fueran el típico calzado de campesinos, hoy se encuentran en el armario de las principales celebrities e incluso han conquistado a la realeza. De hecho, las infantas Leonor y Sofía, al igual que su abuela la reina Sofía, son incondicionales de estas sandalias.

Ya son muy pocos los artesanos textiles que sobreviven en la isla. En el pueblo de Lloseta, se encuentra Teixit Riera, la cuarta generación de una familia que sigue fabricando las telas de Lenguas (Roba de Llengües) a mano, tal y como el bisabuelo empezó a hacerlo en 1896. En este taller se mantiene vivo el espíritu artesano y mediterráneo que se refleja en sus tapices, cojines o bolsos de tela. La familia March o Simoneta Gómez-Acebo son algunos de sus clientes.

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