Ribó: "Vamos a aumentar el gasto en limpieza en casi dos millones en los presupuestos de 2018"

  • El alcalde de València valora los resultados de la oleada de otoño del estudio sociológico Ulises, centrado en las grandes ciudades españolas.
  • Anuncia un incremento de la partida para limpieza urbana en las cuentas municipales del próximo año y una campaña de concienciación ciudadana.
  • "Soy partidario de un tasa turística cuyos ingresos repercutan en servicios para todos: vecinos y visitantes", afirma en relación al turismo de masas.
  • Sobre las peatonalizaciones en el centro, asegura que València "no puede ser una excepción en la recuperación del espacio público para la ciudadanía".
  • "La etiqueta de la corrupción ligada al PP ha pesado como una losa sobre esta ciudad", sostiene ante la elevada preocupación de los valencianos por este asunto.
  • ULISES: el coste y el difícil acceso a la vivienda es el principal problema urbano actualmente en España.
El alcalde de València, Joan Ribó, en su despacho.
El alcalde de València, Joan Ribó, en su despacho.
Ayto. de València
El alcalde de València, Joan Ribó, en su despacho.

A sus 70 años, el actual alcalde de València, Joan Ribó, de Compromís, ha sobrepasado el ecuador de la legislatura al frente del Ayuntamiento gracias al pacto con el PSPV-PSOE y València en Comú. Nacido en Manresa (Barcelona), pero valenciano de adopción, fue profesor de Química durante 24 años, diputado en Les Corts y concejal. El máximo responsable municipal valora los resultados relativos a València de la oleada de otoño de Ulises, el estudio sociológico elaborado por MyWord para 2o minutos, que en esta entrega se centra en las grandes urbes españolas. Ribó analiza la gestión del Consistorio, los problemas de la ciudad y expone sus planes inmediatos.

El paro y la precariedad laboral por un lado, y la falta de zonas de aparcamiento, por otro, son los dos problemas más importantes de València según la oleada de otoño de Ulises. ¿Coincide con su diagnóstico?

Son dos problemas importantes, y por eso nos estamos volcando. En el caso del empleo, aunque no sea una competencia estrictamente municipal, hemos activado multitud de iniciativas que contribuyen a mejorar las cifras, como hemos visto en los datos del paro de octubre. Aun así, debemos velar porque sea de mayor calidad y con sueldos dignos.

¿Y respecto al estacionamiento?

Se está estudiando habilitar zonas de aparcamiento disuasorio en las principales entradas a la ciudad, al tiempo que invertimos más en el transporte público del Ayuntamiento, que es el autobús. El objetivo es que cada vez sea menos necesario el transporte privado.

La nota global que otorgan los encuestados a la ciudad es de 8,01, la segunda más alta por detrás de Sevilla y por encima de la media de las grandes urbes españolas.

La valoración es muy buena, evidentemente; aunque la mejor encuesta -siempre lo digo- es la que expresa la ciudadanía en cada proceso participativo y, claro está, en las elecciones. De los datos de la encuesta destacaría que València se sitúa en el notable alto, y que prácticamente nadie suspende la gestión de la ciudad (solo un 2%). De hecho, un 53% nos valora con un notable, y un 36,5% con sobresaliente. Nos estamos esforzando por mejorar cada día la gestión, y todavía queda mucho por hacer.

El tercer ítem más señalado como problema, aunque no es competencia municipal, es la sanidad. ¿Es mejorable el funcionamiento de hospitales y centros sanitarios en la ciudad?

Efectivamente, no es una competencia municipal, pero también creemos que podemos ayudar en ello, porque los servicios a la ciudadanía siempre son mejorables. Así, por ejemplo, nos comprometimos a ceder a la Generalitat (que es la administración que tiene competencias sobre ello) una parcela para construir el nuevo centro de salud del barrio de Malilla, en la calle Bernat Descoll. Los procesos administrativos son lentos porque deben tener todas las garantías de legalidad, y estamos hablando de un solar que es propiedad del Ayuntamiento en un 90%, pero lo conseguiremos, porque los vecinos merecen unas instalaciones de calidad.

La corrupción es señalada por un 36,2% de encuestados, muy por encima del resto de capitales. ¿Cree que los valencianos son más sensibles a este fenómeno?

Por supuesto. No en vano, la etiqueta de corrupción ligada al PP ha pesado como una losa sobre esta ciudad, y durante estos dos años hemos trabajado en dos sentidos. En primer lugar, dotando de mecanismos de transparencia el Ayuntamiento (porque la corrupción no solo hay que perseguirla, también hay que evitarla) y, en segundo lugar, trasladando al resto de España y del mundo que València es una ciudad honrada, de gente trabajadora y emprendedora. Los corruptos son unos pocos que por suerte ya no nos gobiernan.

Uno de los temas más denunciados por las asociaciones vecinales es la falta de limpieza en las calles, pero la encuesta arroja un 25,3% en València, por debajo de la media. ¿A qué lo atribuye?

Cuando llegué a la alcaldía, València estaba en el furgón de cola de España en cuanto a inversión en limpieza. Después de dos años, hemos puesto en marcha un plan de choque y hemos aumentado el presupuesto un 15%. Además, entiendo que una ciudad está más limpia no solo cuanto más se limpia, sino también cuanto menos se ensucia, y por eso hemos puesto en marcha campañas para promover el civismo. Hacía más de una década que no se impulsaba una campaña de limpieza. Aun así, mi objetivo es mejorar cada día más la limpieza, y queda camino para hacerlo.

¿Qué medidas piensa implementar en esta área el próximo año?

En 2018 vamos a aumentar la limpieza otros casi 2 millones de euros, que se suman al 15% subido hasta ahora en los presupuestos. Además, hoy presentamos la tercera campaña de concienciación cívica para que todo el mundo respete y cuide más su barrio. Incide, por ejemplo, en la necesidad de depositar las bolsas dentro del contenedor, o en la recogida de excrementos de perro.

Los vecinos de València denuncian como problema importante el abandono y degradación de ciertas zonas, con un 30%. ¿La situación del Cabanyal avanza a la velocidad que desearía?

La situación del Cabanyal avanza en sus mejoras, teniendo en cuenta de la degradación absoluta de la que partíamos. Está claro que el ritmo debe dar pasos visibles a una mejor calidad de vida, y por eso estamos trabajando en materia de limpieza, de urbanismo o de seguridad ciudadana, pero también en algo que es menos visible pero igual de importante, como son las políticas de inclusión en el barrio y de respeto a la convivencia, algo que estamos haciendo prácticamente puerta a puerta, en algunas zonas del barrio.

Movilidad, peatonalización y tasa turística

El tráfico y los atascos preocupan al 18%, frente a la media del 32% en otras ciudades, pero la escasez de transporte público está en València muy por encima del resto (17% frente a 8,6%). ¿Tiene esta ciudad una problemática específica con la movilidad?

Tiene un problema que se llama falta de inversión del Estado. Fíjese, para el año que viene volvemos a aumentar el presupuesto para la EMT en 2,6 millones, hasta situarse en casi 63 millones de euros. Es un gran esfuerzo. En Madrid y Barcelona, por ejemplo, el Gobierno central ha aportado 2.000 millones en los últimos 15 años... ¿Sabe cuánto aporta a València? Nada; cero euros. Es mi obligación defender los intereses de los valencianos, por eso exijo al Ministerio de Fomento que haga una aportación al área metropolitana de València en igualdad de condiciones con el resto de áreas metropolitanas estatales.

En el apartado de propuestas, la peatonalización de forma permanente de ciertas zonas del centro obtiene un aprobado (5,98), aunque es la segunda nota más baja por ciudades. ¿Cómo lo valora?

La recuperación del espacio público para la ciudadanía es un síntoma de calidad de vida en las ciudades, y València no puede ser una excepción. A veces los cambios dan miedo, pero ¿alguien se imagina hoy que pudieran pasar coches por la calle Joan d’Àustria, en pleno centro? Las plazas son para las personas, y debemos caminar hacia un modelo de ciudad en que los peatones y los distintos medios de locomoción respeten cada uno su espacio.

El fomento del uso de la bicicleta (ampliar carriles bici, reducir el alquiler de Valenbisi…) es respaldado con un 6,44 de nota media. ¿Puede València avanzar más respecto a este medio de transporte?

Creo que pedaleamos a buen ritmo. Una ciudad amable es aquella en que las personas pueden caminar de manera segura, y también donde se puede respirar; sin contaminación. Por eso fomentamos el uso del transporte público y la bicicleta. En ambos medios de transporte ha habido un aumento espectacular de vecinos que los emplean. Hace unos días decían en Bruselas que nos estamos convirtiendo en el Ámsterdam del Mediterráneo.

Respecto al establecimiento de una tasa turística, suspende con un 4,25 en València, frente al 6,59 en Barcelona, donde hay un problema de incivismo más acusado. ¿Usted la apoyaría aquí?

Después de Barcelona, València es la ciudad donde la ciudadanía más demanda regular la oferta de apartamentos turísticos o establecer una tasa. De hecho, nos situamos prácticamente en la media en ambas preguntas. Yo soy partidario de una tasa turística cuyos ingresos repercutan en servicios. Porque el turismo aporta dinamización económica, pero también exige más gasto en limpieza, seguridad... Si conseguimos que cada turista aporte algo simbólico al mantenimiento de estos servicios, podremos mejorarlos, y eso repercutirá en un mayor bienestar de todos: vecinos y visitantes.

El 34,5% de los encuestados afirma que su calidad de vida es mejor que hace dos años, el 45,5% que es igual y el 18,5% que ha empeorado. ¿A qué lo atribuye?

Estamos trabajando por mejorar la vida en los barrios. Pasaron los tiempos del mangoneo y el derroche y ahora invertimos en las necesidades de los vecinos. Si antes se invertía en Fórmula 1, ahora nos preocupamos por rehabilitar las zonas verdes y crear nuevas, por mejorar paulatinamente la limpieza en todos los barrios y para que nuestros jóvenes no tengan que irse fuera a buscar trabajo.

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