La crisis catalana cohesiona al PSOE pero reduce su margen para hacer oposición al PP

El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, a su llegada al Comité Federal.
El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, a su llegada al Comité Federal.
EFE
El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, a su llegada al Comité Federal.

La crisis territorial ha tenido un doble efecto sobre el PSOE: de puertas adentro, ha reforzado la cohesión en torno a la estrategia diseñada por la Ejecutiva de Pedro Sánchez. Pero, de puertas afuera, ha estrechado el margen de los socialistas para hacer oposición al PP, porque la agenda social ha pasado a un segundo plano ante la magnitud del desafío independentista en Cataluña. Esas dos cuestiones, el cierre de filas en la cuestión catalana y la necesidad de poner de relieve la acción de oposición del PSOE, quedaron patentes este sábado en el debate interno, tanto en el Consejo Político Federal como en el Comité Federal.

Del primero de esos órganos forman parte el propio Sánchez, su número dos, Adriana Lastra; el secretario de Organización, José Luis Ábalos; los secretarios generales de cada una de las federaciones; el alcalde de Vigo, Abel Caballero, por su condición de presidente de la FEMP, y Omar Anguita, líder de las JSE. En el segundo tienen asiento cerca de 300 cargos, entre los elegidos por el Congreso Federal y los escogidos por las federaciones. Y ambos se reunieron este fin de semana por primera vez desde las primarias que, a finales de mayo, devolvieron a Pedro Sánchez la Secretaría General.

Las únicas intervenciones en abierto fueron las del propio Sánchez y la de Miquel Iceta, primer secretario del PSC y candidato a president el 21D. El primero de ellos acusó a los independentistas de "desconectar" de la realidad, de "engañar" y "frustrar" los catalanes, y de provocar la fuga de empresas y puestos de trabajo. Sánchez criticó a Podemos, sin citarlo, por no plantar cara a los secesionistas –"triste izquierda la que acompaña el secesionismo de las élites", dijo– y por sostener que en España existen "presos políticos", y reprochó a Rajoy su "inmovilismo" y su falta de acción "política" en Cataluña, que ha alimentado la "confrontación".

Iceta, por su parte, desplegó un discurso en clave preelectoral donde se presentó como la figura capaz de liderar un espacio catalanista, transversal y que deje atrás la falta el rupturismo secesionista y el inmovilismo de la derecha. "Quiero ser ese presidente de todos (...). De Junts pel Sí a Junts pel Seny", sintetizó. El debate prosiguió después a puerta cerrada. Y, con matices, se confirmó lo ya observado en las declaraciones conciliadoras de los barones territoriales a su llegada al cónclave: que poco más de un año después de su dimisión y primarias mediante, Sánchez ha logrado unir al partido en torno a su estrategia en la cuestión territorial.

Cataluña: "Mucho consenso"

En público, la andaluza Susana Díaz dijo a los periodistas que el partido está "donde debe estar", en la defensa de España, la Constitución, la ley, la libertad y la convivencia. Ximo Puig, presidente valenciano, apuntó que "Pedro Sánchez tiene que tener el apoyo de la organización" en estos momentos. El barón extremeño, Guillermo Fernández Vara, celebró que la "plena sintonía" entre PSOE y PSC. Y Emiliano García-Page, líder en Castilla-La Mancha, avaló la posición del secretario general, que a su juicio se ha alejado del "vértigo y de la irrelevancia de otros tiempos".

Según las fuentes consultadas por 20minutos, en el Consejo Político Federal se mantuvo esa misma tónica de consenso. La intervención de Díaz, máxima rival de Sánchez hasta las primarias, fue "muy breve", apuntan estas voces, pero incluso ella respaldó su estrategia –"no ha dicho nada fuera del guión", comenta el líder de otra federación–, basada en la defensa del Estado de derecho, el 155 y la apertura de la reforma constitucional. García-Page, Puig, Lambán y Vara también apoyaron el rumbo marcado por la Ejecutiva, y los nuevos barones surgidos de los procesos congresuales, todos ellos sanchistas, hicieron lo propio.

"Pueden quedar resquemores personales, obviamente, pero los discursos han sido de apoyo sin fisuras", comenta un secretario general sobre el ambiente en el consejo. Cada barón, claro está, aportó su matiz personal: el aragonés Lambán, por ejemplo, alertó de que es necesario hacer frente al independentismo también en su vertiente social y cultural, y la balear Francina Armengol puso el acento en avanzar en el reconocimiento de la plurinacionalidad. "Pero el resultado de las primarias fue contundente y Sánchez tiene una sólida mayoría", dice un barón sanchista. "Además –destaca otro– su posición en este asunto ha sido muy responsable".

También recibió un espaldarazo la estrategia de Miquel Iceta, que en sus listas ha hecho guiños al catalanismo de centroderecha –con la entrada de miembros de Units per Avançar– y a la izquierda –con el exfiscal Jiménez Villarejo, exeurodiputado por Podemos–. "Hubo alegatos de casi todos a favor de Iceta", dice un presidente autonómico. Finalmente, los barones comentaron la necesidad de trabajar "acuerdos internos" sobre la financiación autonómica, conscientes de que sus intereses pueden ser divergentes en esta materia, para que cuando se abra ese melón el PSOE llegue con una "postura común", explica un secretario general.

"Necesitábamos dar imagen de unidad y de apoyo y respaldo a Miquel y Pedro, y hemos cumplido ese objetivo. Cuando se abra la comisión territorial en el Congreso habrá que ir definiendo posiciones más concretas, y habrá un debate más intenso, pero hoy era el día de dar un impulso al PSC y de cerrar filas", resume una dirigente de la Ejecutiva socialista.

Más oposición y agenda social

Los máximos mandatarios del PSOE también coincidieron en que "hay vida más allá de Cataluña" y en que "España no se para" por la crisis territorial, en palabras de una diputada y miembro de la Ejecutiva. Es decir, que hay que "seguir haciendo política" y "volver a la normalidad poco a poco" para que "Cataluña no tape todo", coincide otro integrante del Comite Federal. Esa misma intención la compartió Sánchez a puerta cerrada, pues de acuerdo con dirigentes preguntados por 20minutos, habló de "marcar diferencias" con el PP. Es decir: de remarcar su perfil de alternativa.

Un miembro de la dirección del partido resume así ese planteamiento: "Lo que ha sucedido por Cataluña no es un pacto PP-PSOE ni un acuerdo izquierda-derecha. Lo único que nos une es el Estado de derecho, y ante un ataque a la Constitución, hemos estado ahí. Pero eso no significa ni que hayamos pactado con Rajoy ni que hipotequemos nuestras posiciones políticas, y eso se tiene que ver".

Así, la balear Armengol habló a puerta cerrada de dar una respuesta más "contundente" al Gobierno de Rajoy, haciendo hincapié en temas como la corrupción o la desigualdad. El resto de barones secundaron su propuesta y apuntaron otras cuestiones, en muchos casos regionales: el castellanoleonés Tudanca habló de despoblación, el asturiano Barbón del pacto energético, el aragonés Lambán de la armonización fiscal, y el madrileño Franco de que la reforma constitucional no sólo busque un nuevo encaje territorial, sino también "reconocer nuevos derechos" y "dar voz" a la generación que no votó la Constitución de 1978.

Algo de todo esto se vio ya en el discurso inicial de Sánchez, en el que se preguntó "qué herencia va a dejar Rajoy" y reprochó al presidente "el rescate bancario, que ha costado 40.000 millones de euros", sus casos de corrupción, la crisis territorial "que creció ante sus ojos sin que hiciera nada", y la "desigualdad" generada por "los recortes". Y frente a eso, dijo, está el PSOE, que es "esperanza de cambio, oportunidades y libertades" y que aspira a "unir a la izquierda desde la centralidad política". "La izquierda con ganas de ganar", remató.

El resto de la jornada transcurrió sin grandes sobresaltos. El exdirigente de Izquierda Socialista, José Antonio Pérez Tapias, reivindicó ante el comité el referéndum pactado en Cataluña, pero su intervención fue "respetuosa" y no sorprendió, dicen miembros de la Ejecutiva del PSOE, porque su posición era ya conocida. Como también lo es la reivindicación de debatir "el modelo de Estado" y la "república federal" que mencionó brevemente Omar Anguita, secretario general de las Juventudes Socialistas, que pidió al PSOE "engancharse" a "demandas sociales" como el drama de los refugiados o los bajos salarios.

Así pues, el primer Comité Federal de la nueva etapa de Sánchez transcurrió en calma. "Todo paz y amor", bromeaba un integrante de la Ejecutiva a su salida. En la cita se acordó también la entrada en la dirección de Núria Marín –alcaldesa de L'Hospitalet– en sustitución de Núria Parlón –primera edil de Santa Coloma de Gramanet–, que dimitió por el apoyo al 155. Además, se aprobó una resolución contra la violencia de género, un intento más por marcar la agenda condenado a no ocupar titulares hasta que baje la tensión en Cataluña. "Nos gustaría poder hablar de otros temas, pero es difícil", resumía un barón.

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