La deriva de precios augura una pérdida de poder adquisitivo para los trabajadores a final de año

Un milagro tendría que ocurrir antes de Navidad para que los trabajadores no pierdan este año poder adquisitivo. Y cuando decimos milagro, hablamos de un hundimiento del petróleo, de un enfriamiento mundial. Un evento lo suficientemente gordo para que los precios se retraigan en estos dos últimos meses de año a tasas negativas y compensen la subida de los precios que en 2017 se está elevando a una media del 2,1%.

"Esa cifra refleja que los precios están creciendo más que los salarios", aseguró Gonzalo Pino, secretario de Política sindical de UGT, después de conocer ayer que la inflación interanual de octubre había caído apenas dos décimas hasta el 1,6% debido al menor encarecimiento de los combustibles y de la electricidad respecto a la subida de ambas en octubre del año anterior.

Que la subida del IPC sea del 1,6% significa —en un lenguaje menos técnico— que el precio de la cesta de la compra en España es un 1,6% más cara que hace un año. Esto, en terreno del poder adquisitivo, no es ni bueno ni malo para el ciudadano porque depende de cuánto haya subido su salario en ese mismo tiempo. Y he aquí el problema: los sueldos en España están creciendo menos que la inflación.

Según los datos del ministerio de Empleo la revalorización salarial de los trabajadores en convenio apenas se ha elevado al 1,4% hasta octubre. Son dos décimas menos que la variación interanual del IPC en ese mes y siete menos que la media de la inflación a lo largo de 2017 (2,1%).

Una pérdida considerable del poder de compra para los 6.579.931 trabajadores a los que se les ha revisado el convenio este ejercicio. Fuera quedan los 12 millones de ocupados restantes en España, incluídos los funcionarios cuyo sueldo apenas subió un 1% este año.

Precisamente ayer UGT y CC OO convocaron concentraciones provinciales para el 24 de noviembre y una manifestación el 14 de diciembre en Madrid, en reclamo de mejoras laborales para unos empleados públicos que, según los cálculos sindicales, "han perdido un 13% de poder adquisitivo desde 2010".

Sindicatos y patronales encallaron este año en un acuerdo marco de subida salarial para el país. Los trabajadores pedían un alza del 1,8% al 3% —aparte de una cláusula de garantía salarial si los precios subían más que lo previsto— mientras que los empresarios se plantaron en una horquilla del 1,2% al 2% (con 0,5 puntos más según la productividad). La CEOE se reafirmó ayer en pedir "moderación salarial para consolidar la recuperación".

"Sin acuerdo salarial para 2018, iniciaremos movilizaciones"

"De no llegar a un acuerdo salarial para 2018, iniciaremos movilizaciones a principios del próximo año", amenaza Pino. Los sindicatos se han cansado de esperar. Llevan tiempo reclamando que el trabajador recupere el poder adquisitivo perdido durante la crisis. Y mejor ahora, cuando la economía crece al 3% y los beneficios empresariales un 4,9% "Además los dividendos de los accionistas suben un 10,1% este año", añaden desde CC OO.

"Hay que repartir el crecimiento para que la riqueza alcance a las familias. No toleraremos que España e convierta en un país de trabajadores y pensionistas pobres", zanja Pino. Y es que los pensionistas también sufren. Sus prestaciones se han actualizado en 2017 un 0,25%: una subida mínima que se repite en el último lustro —es la contemplada por la ley siempre cuando existe déficit en la Seguridad Social— y que hace perder a los pensionistas casi dos puntos (1,85) de poder de compra.

Inflación prevista20172018
BBVA 2,1%1,9%
Comisión Europea 2,0%1,4%
FMI 2,0%1,5%
OCDE 2,3%1,4%
Funcas 2,0%1,5%
Banco de España 1,9%1,3%

Fuente: Elaboración propia

La previsión de pérdida de poder adquisitivo la suscriben los principales organismos económicos: la OCDE cree que la inflación media cerrará en el 2,3%; el servicio de estudios del BBVA en 2,1%, Bruselas, el FMI y Funcas la fijan en el 2%; y el Banco de España en un 1,9%. "Esperamos que se quede por debajo del 2%", auguró ayer por su parte Irene Garrido, la secretaria de Estado de Economía.

El impacto para los pensionista se intensifica, además, porque los productos que más suben —alimentos y seguros— están directamente vinculados a la gente de mayor edad que requiere una alimentación sana y cierta seguridad personal. El aceite de oliva es el bien que más se ha encarecido (ver tabla), seguido por la fruta, las legumbres y hortalizas, los seguros de salud, la carne de cordero y cabrito y el pescado.

"La cesta básica sigue creciendo pero no el poder de compra de las familias", lamenta Joaquín Pérez, secretario de Comunicación del sindicato USO, para quien "ya no es solo una cuestión social" sino económica, porque la precariedad salarial también tiene efectos negativos en el consumo.

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