El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha instado a su homólogo de China, Xi Jinping, a utilizar "todos los resortes posibles" para presionar a Corea del Norte y ha anunciado la inminente imposición de más sanciones como castigo al lanzamiento del último misil balístico intercontinental.

"Acabo de hablar con el presidente Xi Jinping de China en relación a las acciones provocativas de Corea del Norte", ha escrito Trump en Twitter, donde también ha confirmado que su Gobierno anunciará nuevas sanciones este mismo miércoles. "Gestionaremos la situación", ha apostillado.

La Casa Blanca también ha informado del contenido de esta llamada en un escueto comunicado en el que recoge la "determinación" de Estados Unidos para defender tanto su territorio como el de sus aliados frente a la "creciente amenaza" que representa el régimen norcoreano.

"El presidente Trump ha subrayado la necesidad de que China use todos los resortes disponibles para convencer a Corea del Norte de que ponga fin a sus provocaciones y vuelva a la senda de la desnuclearización", ha añadido la Casa Blanca en su nota.

Además, dice que se impondrán "grandes sanciones adicionales" a Corea del Norte, un día después del nuevo lanzamiento de un misil balístico intercontinental por parte de Pyongyang. "Grandes sanciones adicionales serán impuestas hoy a Corea del Norte. La situación será controlada", afirmó Trump en su cuenta de Twitter, sin ofrecer más detalles.

El anuncio del mandatario estadounidense se produce horas antes de que se celebre una reunión urgente del Consejo de Seguridad de la ONU para analizar la situación, a petición de EE UU, Corea del Sur y Japón. No obstante, el secretario de Estado estadounidense, Rex Tillerson, sugirió poco después que las sanciones podrían ser unilaterales por parte de Estados Unidos.

"Tenemos una larga lista de posibles sanciones adicionales, y algunas de ellas incluyen más instituciones financieras. El Departamento del Tesoro las anunciará" cuando esté preparado, dijo Tillerson a los periodistas antes de reunirse en Washington con el príncipe heredero de Baréin, Salman bin Hamad al Jalifa.