Otras formas de ver cine: experiencia inmersiva, cena en la butaca, orquesta en directo...

  • Salas y distribuidoras buscan nuevas formas, innovadoras y sorprendentes, de hacer llegar el cine a los espectadores.
  • Vodafone Yu se ha especializado en el cine inmersivo y, un par de veces al año, crea un evento en el que la realidad y la ficción se fusionan.
  • También hay salas en las que se puede cenar, otras que son como karaokes y las tecnológicas 4DX, con butacas que se mueven, efectos de luz, viento...
Una experiencia de cine inmersivo organizada por Vodafone Yu en torno a la película 'REC 3'.
Una experiencia de cine inmersivo organizada por Vodafone Yu en torno a la película 'REC 3'.
D.G.A.
Una experiencia de cine inmersivo organizada por Vodafone Yu en torno a la película 'REC 3'.

Desde hace años, las salas luchan desesperadamente por seguir atrayendo espectadores al cine, por frenar la progresiva caída que se viene produciendo desde hace ya más de 15 años en el negocio. En la mayoría de los casos, las acciones se limitan a ofertas y promociones, algunas tan exitosas como la Fiesta del Cine, que se celebra dos veces al año y consiste en una considerable rebaja en el precio de las entrada durante tres días, siempre lunes, martes y miércoles.

Sin embargo, cada vez es más habitual encontrarse con propuestas diferentes, con ideas más o menos innovadoras que invitan a convertir las proyecciones en experiencias únicas. De entre todas ellas, quizá la más llamativa sea el cine inmersivo, una forma de sacar las películas de la pantalla y hacer que el espectador se sienta parte de la historia.

La última proyección de este tipo tuvo lugar el mes pasado en Barcelona, donde Vodafone Yu organizó un pase muy especial de la película de terror [REC] 3: Génesis. Los espectadores fueron congregados en la finca donde se rodó el filme y, como si fueran los invitados de la boda que protagoniza Leticia Dolera, llenaron la sala del convite y vieron cómo a su alrededor, gracias a actores, especialistas y efectos especiales, todo se convertía en un apocalipsis zombi.

Esta es la cuarta iniciativa de este tipo que lleva a cabo Vodafone Yu, que ya proyectó Tiburón: La Presa en un lago de Almería, convirtió una abadía semiabandonada de Segovia en el escenario de un Drácula, de Bram Stoker en vivo y transformó una sala de Madrid en un club clandestino de los años 20 para revivir Chicago. La idea es ofrecer dos o tres de estas experiencias al año en diferentes puntos de España.

La compañía Spectacular! también quiso explotar aquí la experiencia del cine inemersivo, más popular en otros países como Reino Unido, y el año pasado realizaron un evento de este tipo en torno a Los intocables de Eliot Ness. Este año tenían preparada otra experiencia similar con Dirty Dancing, pero por varios problemas organizativos se vieron obligados a suspenderlo.

Estas propuestas, aunque espectaculares, se quedan en eventos puntuales que no sirven para fidelizar a los espectadores, por lo que los cines buscan ideas que puedan rentabilizar de forma permanente, como las salas 4DX, que también convierten las películas en experiencias interactivas pero de otro modo, mediante butacas que vibran y se mueven, efectos de viento y agua, juegos de luces e incluso emisión de olores, todo ello sincronizado con lo que se muestra en pantalla. Este mismo mes, Kinépolis estrenará la primera sala de este tipo en España en Ciudad de la Imagen, en Madrid.

Una de las propuestas que se está empezando a poner de moda es la que fusiona cena y cine, es decir, poder comer tranquilamente en la butaca mientras se ve la película, una idea que encantará a muchos pero que probablemente horrorice a los que ni siquiera aguantan que el de al lado coma palomitas o cualquier alimento que desprenda un olor fuerte.

Los cines Yelmo han apostado fuerte por esta idea con su propuesta Luxury, salas de lujo (de momento solo en Madrid), con amplias butacas reclinables, focos individuales y una mesa incorporada en la que un camarero sirve la comida. En Barcelona, el exclusivo Soho House Barcelona ofrece algo similar, con butacas y reposapiés tapizados en terciopelo y la posibilidad de pedir algo de beber en el bar situado al lado del cine, aunque aquí de momento no se ofrecen cenas.

De forma un poco más modesta, aunque no por ello con menos encanto (de hecho, quizá más), las pequeñas salas madrileñas de Dr. Steam y El paracaidista sí permiten comer una gran variedad de platos y bebidas (café, cerveza, cócteles...) en la butaca.

Más conocida es la propuesta de Sing-Along, que desde hace unos años convierte las salas de cines de toda España en macrokaraokes en los que los espectadores están invitados a cantar las canciones de las películas musicales que se proyectan, desde clásicos como Grease hasta otras más recientes como La La Land y La llamada.

Otro de los recursos cada vez más habituales es la nostalgia. Junto a los habituales cines de verano de la época estival están resurgiendo los clásicos autocines, como aquellos que se popularizaron en EE UU en la década de los años 50.

Este impulso nostálgico que impregna el siglo XXI también ha llevado a muchos cines a programar películas antiguas y a ciertas productoras a remasterizar largometrajes de culto. De este modo, mucha gente puede disfrutar en el cine de películas que solo ha visto en televisión. Entre los reestrenos que están por venir se encuentran Terminator 2 (6 de diciembre) y Gremlins (29 de diciembre).

En ocasiones, aunque también son casos puntuales, la proyección se lleva mucho más allá incluyendo una orquesta que toca la banda sonora de la película en directo. En 2015, tuvo un gran éxito un evento de este típico organizado en torno al 30 aniversario de Regreso al futuro. Recientemnte se han realizado experiencias parecidas con Nosferatu en Madrid y con E.T. en Barcelona.

En la búsqueda constante de nichos de espectadores, Yelmo Cines presentó el año pasado la primera sala en España para menores de 13 años, con parque infantil, cojines en vez de butacas y un descanso de 15 minutos en mitad de la película. Otra iniciativa, con éxito ya consolidado, son las Sesiones Teta, a las que las madres pueden acudir con su bebé.

Con tanta oferta, que no para de crecer y diversificarse, es complicado no encontrar una forma de disfrutar plenamente de la experiencia cinematográfica.

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