El Congreso aprobó este miércoles una proposición no de ley del PP que culpa a la "actitud irresponsable" de los independentistas de dañar la economía catalana y pide "apoyar todos los productos marca España, incluidos por ello los catalanes, sin que se ejerza ninguna discriminación ni ningún tipo de boicot hacia ellos". Sin embargo, el debate de este texto, que carece de efectos legislativos, se convirtió este martes en un doble rifirrafe: hubo críticas cruzadas tanto entre el PP y los partidos independentistas como entre el partido del Gobierno y el resto de la oposición, que tachó la iniciativa de oportunista.

El resultado final de la votación, en la que estuvieron presentes 340 diputados, fue de 248 votos a favor (PP, PSOE, Ciudadanos) y 89 en contra (Unidos Podemos y los partidos catalanes y vascos).

En defensa de la proposición, José Ignacio Llorens (PP) aprovechó su turno de palabra para acusar a ERC y el PDeCAT de "crear problemas", "ocultar las consecuencias del procés", generar "inseguridad jurídica", "dividir" a los catalanes y "bailar el mambo que toca la CUP". "Ni siquiera son conscientes del daño que han provocado en Cataluña", espetó el diputado del PP a los independentistas. "No debe extrañar que empresas y bancos quieran irse", agregó el parlamentario popular, que acusó a los dos grupos catalanes de "estropear la imagen de Cataluña en el resto de España".

Frente a los "problemas" que generan los independentistas, sostuvo Llorens, el PP y el Gobierno han puesto fin a "los delirios independentistas", han alejado el fantasma de la "inseguridad" y combaten el boicot a los productos catalanes, que "comporta más división y castiga injustamente" a los catalanes que quieren "seguir siendo españoles". El diputado del PP defendió el texto, cuya exposición de motivos achaca el rechazo a los productos de origen catalán a los "argumentos basados en el desprecio o el odio al resto de España" que, a su juicio, han venido empleando los independentistas.

La réplica de los grupos independentistas con presencia en la Cámara Baja no se hizo esperar. Gabriel Rufián, diputado de ERC, sostuvo que "el odio a España" lo generan "los nombres de los corruptos de los papeles de Bárcenas", y sostuvo que "el boicot a la economía catalana, a Cataluña y a su gente" no viene dado porque "la gente vote", sino por "los palos" de la jornada del 1 de octubre. "Ustedes y sus carceleros son el boicot", insistió Rufián dirigiéndose a la bancada del PP y a sus "camaradas naranjas y rojos", en referencia a Ciudadanos y el PSOE.

El diputado republicano reclamó la salida de prisión del exconseller de Economía de la Generalitat, Oriol Junqueras, a quien describió como "el mejor conseller de Economía que ha tenido en su Historia Cataluña". Entre otros datos, Rufián argumentó que la Generalitat pagaba a sus proveedores a 27 días en la etapa de Junqueras, mientras que el Estado "a duras penas paga a 40". "Menos lecciones", espetó al PP el parlamentario de ERC, que también relativizó la fuga de empresas: "Se han marchado poco más de 2.000, menos del 1%".

Desde las filas del PDeCAT, su diputado Ferran Bel acusó al PP de ejercer de "bombero pirómano" y de "provocar un incendio" para luego ir a apagarlo. Bel aseguró que PP y Ciudadanos han "incentivado" que las empresas salgan de Cataluña y recordó la recogida de firmas que impulsó el partido de Rajoy contra el Estatut de 2006: "El boicot a los productos catalanes lo han provocado los de las firmas", consideró. Finalmente, el neoconvergente advirtió al PP de que, "con ese discurso" no le va a votar "ni el tato" en las elecciones del 21 de diciembre en Cataluña.

Pero las críticas de los independentistas no fueron las únicas que tuvo que soportar el PP en la Cámara Baja. De hecho, y aunque el texto salió adelante, el reproche a la proposición fue casi unánime por parte del resto de grupos. El socialista José Zaragoza, por ejemplo, también se apuntó al símil del "bombero pirómano" para describir la actitud del PP: "Primero incendian todo lo que pueden y luego se presentan a apagar el fuego". Zaragoza calificó el texto de "acto de oportunismo del PP" y apuntó que su exposición de motivos "más parecen motivos para el boicot".

El PSOE también criticó que el PP rechazara las enmiendas del resto de grupos a la proposición no de ley: "Ni siquiera se han puesto en contacto con el resto de grupos, es una vergüenza", se quejó Zaragoza. La enmienda del PSOE pedía sustituir el texto del PP por otro donde se instaba al Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad a poner en marcha una campaña para concienciar a la ciudadanía de los beneficios del comercio y los perjuicios que acarrea cualquier boicot, tanto en términos económicos como en lo referente a la convivencia.

También rechazó el PP una enmienda de Ciudadanos que pretendía añadir apartado para pedir la persecución de "delitos de odio en Cataluña" y la protección de los "ciudadanos y empresarios señalados". Juan Carlos Girauta, portavoz del partido naranja en el Congreso, dijo que "desde el ABC de la estrategia empresarial, del boicot no hay que hablar", por lo que la iniciativa es una "mala idea" cuyo "planteamiento" no "se entiende muy bien". Girauta dejó claro su "reproche" a los separatistas por su "loca carrera hacia el barranco", pero lamentó que el PP "mezcle" asuntos como el boicot.

Más dura fue Aina Vidal, de Unidos Podemos, que calificó de "nefasta" la actuación en Cataluña del Gobierno de Rajoy, al que acusó de estar dispuesto a "asfixiar" la economía catalana "sin importarle en absoluto el daño que está generando". "El Gobierno está dispuesto a convertir Cataluña en un desierto económico. El 155 no ayuda a nuestra economía, la empeora", agregó Vidal, que también tachó la "vía unilateral" de los independentistas de "grave error". Otros grupos como el PNV también rechazaron la iniciativa. Su diputado Joseba Agirretxea acusó al Ejecutivo de ser "autoritario".