Los partidos piden pactos tras el 21-D al tiempo que imponen vetos

  • ERC confía en hallar una fórmula de entendiemiento con Junts per Catalunya, que exige que Puigdemont repita como president de un Govern independentista.
  • Iceta y Domènech compiten por ser el candidato que menos rechazo genere entre el resto de partidos, mientras Cs y PP abogan por el pacto constitucionalista.
Aspecto de los escaños del PPC, con banderas de España y de Cataluña y un ejemplar con la Constitución Española , el Estatuto de Cataluña y el Reglamento del Parlment, tras aprobarse en el pleno del Parlament, la declaración de independencia, con los votos de Junts pel Sí (JxSí) y la CUP.
Aspecto de los escaños del PPC, con banderas de España y de Cataluña y un ejemplar con la Constitución Española , el Estatuto de Cataluña y el Reglamento del Parlment, tras aprobarse en el pleno del Parlament, la declaración de independencia, con los votos de Junts pel Sí (JxSí) y la CUP.
Quique García / EFE
Aspecto de los escaños del PPC, con banderas de España y de Cataluña y un ejemplar con la Constitución Española , el Estatuto de Cataluña y el Reglamento del Parlment, tras aprobarse en el pleno del Parlament, la declaración de independencia, con los votos de Junts pel Sí (JxSí) y la CUP.

A 72 horas de una cita clave con las urnas, la fragmentación y los vetos complican la gobernabilidad futura en Cataluña. A falta de que los resultados aclaren posibles sumas, y con el fantasma de la repetición electoral en el horizonte, las más barajadas son el pacto independentista, el constitucionalista y el tripartito de izquierdas.

Lo cierto es que ninguna de esas suma parece estar asegurada: según la Encuesta Henneo publicada por 20minutos el viernes, hay pocas opciones de que estos pactos alcancen los 68 escaños que marcan la mayoría absoluta. El bloque independentista tendría de 64 a 69; una alianza Cs-PSC-PP, de 58 a 63; y un tripartito ERC-PSC-comunes, de 60 a 63.

El Govern independentista

Los sondeos apuntan que el bloque independentista podría alcanzar la mayoría absoluta, siempre que se aliasen ERC, Junts per Catalunya y la CUP, tres partidos con diferencias sobre el candidato a investir y sobre la velocidad con la que avanzar hacia la independencia.

Junts per Catalunya insiste en que Puigdemont sea el president, pues aceptar a otro líder supondría "legitimar" la aplicación del artículo 155.

Mientras, ERC, que parte como fuerza independentista favorita, dispone de un estudio jurídico que avala investir a Junqueras incluso si sigue en prisión. Los republicanos quieren que su candidato gobierne, aunque su número dos, Marta Rovira, dijo la semana pasada que confía en hallar "la fórmula" para llegar a pactos con la lista de Puigdemont.

La CUP, que podría ser nuevamente decisiva, exige por último retomar la vía unilateral y dice que no entrará en un Govern que alargue el procés.

La vía constitucionalista

La apuesta de Ciudadanos y el PP, por su parte, es un pacto constitucionalista con el PSC. El problema es que la mayoría de encuestas apuntan que esa fórmula no alcanzará los 68 escaños, por lo que sería necesaria una abstención de los comunes.

Su candidato, Xavier Domènech, descartó esa posibilidad el viernes en una entrevista en 20minutos: "No hemos venido a abstenernos ante un bloque", dijo. Mientras, el líder del PP, Xavier García Albiol, afirmó en otra entrevista a este periódico que ve posible un acuerdo de investidura con los comunes "para desbloquear la situación".

El tripartito constitucionalista tampoco es del agrado de Miquel Iceta (PSC), quien, en su lugar, preferiría un Govern en solitario y en minoría, de socialistas e independientes, y que tiraría de geometría variable en el Parlament. Iceta se escuda en el argumento de que él es el candidato que menores resistencias genera entre los comunes, por lo que ve factible convencer a Cs, PP y a la lista de Domènech.

El pacto progresista y transversal

Pero los comunes no quieren ni oir hablar de una alianza con el Ciudadanos y el PP, ni tampoco con Junts per Catalunya. Su apuesta es una tercera vía: un Govern transversal, de izquierdas, que no avance de forma unilateral hacia la independencia pero sí mejore el autogobierno de Cataluña y, sobre todo, que se centre en las políticas sociales.

Es decir, un tripartito de izquierdas junto a ERC y PSC que Domènech aspira incluso a presidir, por considerar que es el único "capaz de sentar en la misma mesa a gente que se presenta en distintos bloques".

Esta vía, sin embargo, tiene dos escollos: primero, que no suma según los sondeos; segundo, que ERC y PSC la rechazan.

En la candidatura de los comunes creen que la CUP podría llegar a abstenerse en la investidura de Domènech y ante la promesa de realizar políticas sociales.

En cuanto a las resistencias de los otros partidos, en la candidatura morada creenque el mayor problema es el veto del PSOE federal hacia la reedición de un tripartito junto a una fuerza independentista, porque fuera de Cataluña podría pasarle factura electoral. En cambio, creen que Iceta y el PSC podrían acabar aceptando esta fórmula.

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