La Xunta advierte de que el agua de Vigo sigue lejos de un mínimo de calidad aceptable

  • La presencia de hierro está ya dentro del límite para el consumo.
  • Los niveles de aluminio se están normalizando después de una fuerte crecida.
  • La falta de lluvias de principios de diciembre rebajó la calidad del agua.
Vistas generales del embalse de Eiras, arriba en el 3 de Diciembre y debajo este lunes, que ha recuperado un 71% de su capacidad tras el paso de la borrasca Ana.
Vistas generales del embalse de Eiras, arriba en el 3 de Diciembre y debajo este lunes, que ha recuperado un 71% de su capacidad tras el paso de la borrasca Ana.
Salvador Sas / EFE
Vistas generales del embalse de Eiras, arriba en el 3 de Diciembre y debajo este lunes, que ha recuperado un 71% de su capacidad tras el paso de la borrasca Ana.

Los últimos análisis del agua realizados por Salud Pública en Vigo y los municipios de su área de influencia revelan que la presencia de hierro está ya dentro del límite establecido para el consumo humano, aunque siga lejos de un mínimo de calidad aceptable, informaron fuentes de la Xunta.

Las muestras tomadas este jueves por los técnicos de Salud Pública en Canido, Vigo, un día después de detectar una tasa de hierro de 723 microgramos por litro, dieron una medición inferior al máximo de 600.

En cuanto a los niveles de aluminio en Sanjurjo Badía, en Vigo, y en diferentes puntos de la red de Baiona, donde se alcanzaron valores de hasta 2.500 partes por billón (ppb), cuando el límite es de 200, las últimas pruebas de Salud Pública también revelan una estabilización, con tasas de entre 284 y 186 ppb.

Desde la Xunta se insiste en que ante los resultados "muy oscilantes" arrojados por las últimas analíticas, seguirá "especialmente pendiente" de los controles que mantendrá activos, con una frecuencia más elevada de lo habitual.

El pasado día 9, la jefa territorial de la Consellería de Sanidad, Ángeles Feijóo, confirmaba que el agua de los municipios pontevedreses de Vigo, Redondela, Soutomaior y Moaña era apta para el consumo, aunque subrayaba que tenía una calidad "muy baja".

La pérdida de calidad está relacionada con la falta de lluvias a principios de diciembre. A medida que descendía el nivel de la presa de Eiras, el agua perdió calidad y requirió un tratamiento de potabilización distinto. A principios de esta semana el embalse recuperó gran parte de su capacidad gracias a las lluvias de la borrasca Ana.

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