RAFAEL MATESANZ. DIRECTOR DE LA ORGANIZACIÓN NACIONAL DE TRASPLANTES
OPINIÓN

Daños colaterales e inesperados de la crisis

El doctor Rafael Matesanz, director de la Organización Nacional de Trasplantes.
El doctor Rafael Matesanz, director de la Organización Nacional de Trasplantes.
ONT
El doctor Rafael Matesanz, director de la Organización Nacional de Trasplantes.

La crisis económica ha tenido efectos a todos los niveles. Muchas de nuestras actividades y circunstancias se han visto alteradas en mayor o menor medida y a duras penas se recuperan a medida que la situación económica general va mejorando.

Pero hay también efectos secundarios no esperables a priori, verdaderos daños colaterales con incidencia negativa real en nuestras actividades y no fáciles de revertir. El transporte de órganos y equipos quirúrgicos para trasplante, articulado desde la ONT, se rige por unos principios de rapidez  economía acorde con la urgencia de cada tipo de trasplante.

Los más urgentes son pulmón, corazón e intestino que deben trasplantarse en no más de 4 horas desde la donación. Ello obliga salvo que el donante esté en la misma ciudad o su entorno a un desplazamiento del equipo en aerotaxis, pequeños aviones privados contratados por el cliente para un vuelo determinado. El hígado da algo más de margen, lo que condiciona que el avión aunque necesario en muchos casos, se complemente por el desplazamiento por tierra o el envío del órgano ya extraído y en nevera en vuelo regular gracias  a la colaboración altruista de las compañías aéreas españolas (GRUPO IBERIA y AIR EUROPA) y AENA. Este es el procedimiento utilizado para el riñón a larga distancia, dado que los tiempos para el mismo son muy superiores.

Centrándonos en los aerotaxis, su labor en la prehistoria de la ONT la asumió el ejército del aire, haciendo así posibles los primeros trasplantes de hígado y corazón. Pronto hubo que recurrir a empresas privadas ante la creciente demanda y la incompatibilidad con sus misiones institucionales. La contribución del transporte aéreo a nuestro sistema de trasplantes ha sido y es enorme, e incluso han pagado el tributo de sufrir 2 accidentes  a lo largo de estos años con 3 pilotos fallecidos en el transcurso de estos vuelos.

El sistema funcionó adecuadamente porque la mayor actividad trasplantadora se correspondió con mayor número de compañías y aviones disponibles. En los momentos de bonanza económica los problemas surgían en los días de Champions o de Fórmula I, cuando Fernando Alonso estaba en la cima y había gente adinerada o empresas generosas con sus clientes que alquilaban los aviones y nos planteaban serios problemas para organizar los vuelos de trasplante.

La crisis  produjo un desplome de estas contrataciones y dificultades crecientes en los pagos, lo que se llevó por delante un buen número de las compañías colaboradoras de la ONT, que pasaron de 15 a 9 en solo 2 años. Paradójicamente, el sistema de trasplantes, con una actividad cada vez mayor, pasó a ocupar un lugar preferente en el uso de estos vuelos, aún con los dilatados retrasos en los pagos del sistema sanitario y la demanda se adecuó bastante bien a la oferta pese a haber menos aviones disponibles, ya sin la competencia deportiva.

Ahora aumenta la actividad económica y con ella la contratación de estos servicios por parte de empresas y particulares pero sin el consiguiente aumento de la oferta de servicios aéreos. Resultado: enormes dificultades en la contratación diaria de aviones para trasplante y no de una forma puntual sino prácticamente constante y con situaciones verdaderamente estresantes. Un dato: en lo que va de año un total de 6 órganos no pudieron trasplantarse por imposibilidad absoluta de los equipos para acceder a ellos en el tiempo adecuado. Algo que no había sucedido nunca en la historia de la ONT.

Esperemos que oferta y demanda se adecuen de nuevo y que su aumento haga que el número de aviones disponibles también crezca. Hemos tenido que intentar utilizar puntualmente aviones de los países vecinos, Portugal y Francia y hacer todo tipo de ajustes para minimizar los desplazamientos pero el problema está ahí. La crisis lo generó y la salida de la misma, de momento lo ha agravado.

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