CARLES CAMPUZANO. PORTAVOZ DEL PARTIT DEMÒCRATA EN EL CONGRESO
OPINIÓN

Mejoras para los autónomos del siglo XXI

Portavoz del PDeCAT en el Congreso, Carles Campuzano
Portavoz del PDeCAT en el Congreso, Carles Campuzano
EUROPA PRESS
Portavoz del PDeCAT en el Congreso, Carles Campuzano

En Catalunya tenemos 550 mil trabajadores autónomos, una parte relevante de nuestra población laboral y emprendedora que además crece y crecerá. Es hora ya de abordar una reforma integral de la regulación laboral, administrativa y fiscal que afecta a los autónomos para hacer justicia a su realidad y para aproximarla a las necesidades de los autónomos del siglo XXI. Los autónomos están insatisfechos con el régimen de la Seguridad Social que se les aplica, con las cargas burocráticas excesivas y la correspondiente rigidez administrativa que deben soportar; tienen unas cuotas sociales excesivas cuando inician una actividad económica o cuando tienen problemas en la marcha de un negocio; la baja cuantía de la pensión media de jubilación de los autónomos o la insuficiente cobertura de prestaciones sociales del Régimen Especial de Trabajadores Autónomos (RETA) conforman un panorama difícil, que exige respuestas.

Con la Proposición de ley de medidas urgentes a favor de los autónomos que se ha tramitado estas semanas en el Congreso de los Diputados se intenta, parcialmente, dar respuesta a algunas de estas cuestiones.

Desde el Partit Demòcrata, recogiendo la mejor tradición de CiU, hemos sido especialmente activos durante la discusión de esta iniciativa legislativa procurando mejorar y ampliar la  regulación y cobertura social del actual RETA. Es normal, Catalunya es un país de autónomos y emprendedores; y una fuerza política con fuerte arraigo social necesariamente debe responder a las prioridades y necesidades de su sociedad. Los autónomos son desde hace años una de nuestras prioridades, y de hecho, buena parte de las mejoras introducidas en los últimos años tienen nuestro sello.

El paquete de cambios introducido en la actual legislación no es pequeño: ampliación de la tarifa plana, facilidades para la contratación de familiares, mejoras en los mecanismos para conciliar la vida familiar con la actividad profesional, compatibilidad de la jubilación con el trabajo por cuenta propia, cobertura del accidente profesional "in itinere", régimen de altas y bajas en el RETA más flexible, compromiso de desarrollo reglamentario del trabajo autónomo a tiempo parcial… Sin lugar a dudas son mejoras que deben redundar en un mayor dinamismo económico de los autónomos, para promover la creación de empleo y mejorar su protección social.

Ahora bien, estas mejoras quedan todavía lejos de una reforma de mayor calado y profundidad del RETA que nos parece imprescindible. Más ante las perspectivas de futuro. El trabajo autónomo, los trabajadores independientes, los "freelance" están creciendo con intensidad y lo harán más en el futuro. Las oportunidades de empleo que Internet y la económica digital nos ofrecen son intensas. La hiperflexbilidad y la temporalidad forman parte de este escenario. Pero la protección de los riesgos del desempleo, la enfermedad o el accidente o el ahorro para la jubilación o el apoyo en los supuestos de maternidad y paternidad deben cubrirse. La flexibilidad no puede ni debe ser sinónimo de precariedad.

El RETA necesita pues una reforma global e integral. Un régimen de protección más ágil y menos burocrático, que vincule los esfuerzos de cotización de los autónomos con sus ingresos netos, que estimule el emprendimiento de jóvenes y maduros, que permita hacer frente a los malos momentos de un negocio, que facilite las segundas oportunidades y el relevo generacional, que permita a los jóvenes compatibilizar su formación con el empleo  y que genere carreras de seguro de jubilación suficientes.

Se ha dado un paso en la buena dirección, pero aun tenemos una enorme tarea por delante para diseñar un nuevo marco legal para los autónomos del siglo XXI.

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