CARMELO ENCINAS. PERIODISTA
OPINIÓN

El sol que nos da vida

Carmelo Encinas, colaborador de 20minutos.
Carmelo Encinas, colaborador de 20minutos.
JORGE PARÍS
Carmelo Encinas, colaborador de 20minutos.

No es de extrañar que las civilizaciones antiguas lo adoraran. Esa esfera rojiza que levanta el vuelo cada mañana es la que nos da la vida y la que podría quitárnosla con solo apagarse un poco o, por contra, liberar mayor energía o hacerlo de forma convulsiva. En 1859 se produjo una gran tormenta solar y tumbó las redes telegráficas de toda Europa y América del Norte. Aquella gigantesca llamarada solar, que fue bautizada como el "evento Carrington" en honor del astrónomo británico que la observó, causaría hoy efectos devastadores en las redes digitales y satelitales de las que tan dependientes nos hemos ido haciendo en las últimas décadas.

A pesar de su enorme importancia, el sol es un desconocido por las dificultades que presenta su observancia y exploración. En los fenómenos  que se producen en su ardiente atmósfera están las claves del magnetismo solar que tanto pueden afectar a nuestras vidas. Aunque España, el país con mayor nivel de insolación de Europa, le dé incomprensiblemente la espalda a la energía solar mientras  Alemania apuesta decididamente por ella, el nivel científico de nuestros investigadores es puntero.

Astrónomos españoles  trabajan en coordinación con la NASA y la Agencia Espacial Europea con el  encargo de escrutar el astro rey y el objetivo de vaticinar, con tiempo, los comportamientos más peligrosos de su atmósfera. Nuestros científicos están igualmente a la vanguardia en la investigación sobre los efectos que la exposición solar produce en la salud. Tiene todo el sentido que así sea en un Estado que se publicita como "el país del sol" y que recibe casi 80 millones de turistas al año, la inmensa mayoría de los cuales quiere volverse a sus lugares de origen con un bronceado "made in Spain".

No está muy claro cuánto sol es aconsejable tomar o en qué condiciones ni cuáles son los limites de lo beneficioso y lo nocivo. Hay diferencias notables entre escuchar la opinión de un oncólogo frente a la de un dermatólogo, un cardiólogo o un endocrino. El organismo necesita del sol para sintetizar la vitamina D, esencial para los huesos y para conjurar el asma bronquial, enfermedades cardiovasculares  y otras relacionadas con el sistema inmunitario. La clave es la dosis.

Según un estudio realizado por la Universidad Politécnica de Valencia, la señal de alarma es el eritema. Cuando la piel enrojece, habremos cruzado la frontera de lo saludable. Y ello dependerá de la hora y la época del año en que tomemos el sol. La escala de exposición beneficiosa irá desde los 7 minutos a mediodía en julio hasta los 130 del mes de enero. Es obvio que tampoco es lo mismo tomar el sol en todo el cuerpo que exponer tan solo la cara, el cuello y las manos. Hay que aprender a leer nuestro propio organismo y advertir cuándo nos da vitalidad y cuándo nos achicharra. El sol es la vida del planeta tierra, conviene que lo conozcamos bien y lo gestionemos con inteligencia.

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