Charo Rueda PERIODISTAPeriodista
OPINIÓN

Sobre 'El cuento de la criada': coincidencias que perturban

Charo Rueda, periodista.
Charo Rueda, periodista.
CHARO RUEDA
Charo Rueda, periodista.

Hace unos días he terminado de ver una serie de televisión que me ha dejado impactada: El cuento de la criada (HBO), basada en la novela del mismo título que hace 35 años escribió la canadiense Margaret Atwood y que es una más que recomendable distopía brutal y estremecedora que pone los pelos de punta por las similitudes de lo que relata con lo que sucede hoy en el mundo, atentados yihadistas incluidos.

Precisamente, un atentado de estas características en Estados Unidos es la coartada que utiliza un grupo ultrarreligioso para instaurar, tras un golpe de Estado, un régimen teocrático, dirigido por hombres y basado en estrictos valores puritanos. El país pasa a denominarse República de Gilead y la mayor parte de las ideas modernas quedan aniquiladas. Se suprime la libertad de prensa, de expresión y de opinión y las mujeres pierden sus derechos, sus trabajos y propiedades. Se controla su vestimenta, su alimentación, sus movimientos... Las consideradas fértiles pasan a ser 'concubinas' en las casas de los señores en donde se las viola —en presencia y con la anuencia de la esposa del violador— para que procreen y solucionen el grave problema demográfico que acucia al país. Los homosexuales, los opositores y los rebeldes son ahorcados en plaza pública o enviados a unas colonias, depósitos de residuos tóxicos, donde mueren a causa de la polución.

Me parece increíble que Atwood escribiera la novela en 1985, porque describe situaciones de hoy. La serie tiene claras referencias al país de Donald Trump, pero también al conjunto del mundo occidental. Por los atentados habidos, se han sacrificado derechos y la libertad se ha cambiado por la seguridad sin problemas, porque la mayoría, o bien lo ha aceptado con agrado o en el mejor de los casos, con resignación.

Me parece increíble que Atwood escribiera la novela en 1985, porque describe situaciones de hoy

No hay que irse muy lejos para encontrar ejemplos que no tienen mucho que ver con la pretendida seguridad de los ciudadanos. Las leyes mordaza rigen aquí y son la coartada perfecta para quitar de la circulación al discrepante, al que protesta o al que se sale de los muchas veces absurdos cauces de moralidad establecidos por el poder. Sin ningún obstáculo legal se eliminan los derechos de los inmigrantes y se les expulsa, aunque lleven casi toda su vida en el país (Estados Unidos). Se construyen muros y vallas electrificadas para alejarlos y disuadirlos de venir a buscar una vida mejor. Y eso no es ficción, es realidad. Como tampoco lo es el rechazo a los homosexuales y a los diferentes. Ni lo son los recortes sanitarios ni los educativos ni los de carácter social que van cercenando la capacidad de progreso de la mayoría en general y de las mujeres en particular.

En la primera temporada se atisban flashes de esperanza: la rebeldía, inicialmente silenciosa, de la mujer protagonista y de los grupos clandestinos o la bienvenida a los refugiados en Canadá cuando cruzan sus fronteras. Lo que no tengo muy claro es que en la vida real haya suficientes motivos para el optimismo. Y, creo, no exagero.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento