CHARO RUEDA. PERIODISTA
OPINIÓN

Un puñetazo en el alma

Charo Rueda, periodista.
Charo Rueda, periodista.
CHARO RUEDA
Charo Rueda, periodista.

Este sábado pasado, a primera hora de la tarde, se preestrenó en la Cineteca de Madrid el documental de Polo Menárguez Invierno en Europa, un puñetazo en el estómago y en el alma sobre lo que ocurre ante los ojos de Europa sin que a esta se le escape ni una lágrima.

La película, candidata a mejor documental en los Premios Goya, narra las terribles condiciones de los refugiados afganos y paquistaníes, atrapados en Serbia ante la imposibilidad de poder entrar en Hungría o volver a su país. En el centro de Belgrado, se hacinan, en unos barracones abandonados de una estación de tren, cientos de migrantes a temperaturas bajo cero y en condiciones infrahumanas. No son partes de un fotograma, son personas que vivían tranquilas en sus casas hasta que la guerra los echó a la fuerza.

Unas horas después, en París, cientos de inmigrantes se manifestaban para protestar contra la esclavitud en el siglo XXI, contra la tremenda situación que muchos subsaharianos están sufriendo en Libia, donde se arriesgan a ser vendidos por las mafias como esclavos, mientras intentan llegar a Europa. Esto, en uno de los casos, porque en otros, como denuncian las ONG, son torturados, sufren violaciones o son asesinados si intentan escapar de los centros de detención, sin apenas alimento ni agua.

Es lo que les pasa a quienes se arriesgan a viajar en las barcas de papel de las mafias por el Mediterráneo y son cazados por los guardias costeros libios, auténticos ‘cazainmigrantes’ con los que nuestra hipócrita Unión Europea ha reforzado la cooperación para no mancharse las manos.

Y a primeros de la semana, la Fundación PorCausa ha publicado una investigación sobre la industria del control migratorio en España: 350 empresas, 943 contratos públicos y casi 1.000 millones de euros destinados a lo largo de 15 años a la construcción y vigilancia de perímetros fronterizos, la detención y expulsión de inmigrantes, las actividades de integración y acogida y los proyectos de externalización de fronteras para detener a la gente en origen. Incluye, por supuesto, las vallas, las concertinas, los vuelos de deportación... Todo un arsenal para mantener lejos a los indeseados.

La inmensa mayoría de esos recursos económicos –según el informe– proviene de diferentes fondos europeos, de los recursos procedentes de Frontex y las inversiones del Gobierno español cofinanciadas también con fondos europeos.

La investigación de la Fundación PorCausa afirma que España ha sido un precursor y un laboratorio de las políticas que hoy impulsan la UE y sus Estados miembros. "En nuestro país, la industria migratoria comenzó a gestarse antes de que Europa entrase en pánico con la crisis de refugiados. Y lo ha hecho con la connivencia de gobiernos de ambos signos políticos".

A lo mejor, puestas estas tres noticias juntas, nos da un codazo para que nos movamos de nuestra confortable vida.

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