GONZALO MARTÍNEZ-FRESNEDA. ABOGADO
OPINIÓN

O todo o nada, la apuesta de Cristiano Ronaldo ante la juez

Cristiano Ronaldo recibió la citación judicial a primeros de junio para declarar en el Juzgado dos meses después sobre los tres delitos que le imputa la Agencia Tributaria. Tenía ese plazo para pagar los 14 millones que le reclaman y admitir los hechos, si quería optar a la reducción de la pena prevista en el Código Penal. No sabemos si ha pagado –todo indica que no—pero sí sabemos que ante la Juez negó rotundamente su culpa, según se ve en la grabación de su comparecencia que un medio portugués acaba de difundir. Quizás el carácter del personaje no le permite contemporizar con la realidad, por dura que se presente. Así las cosas, la apuesta es a todo o nada. Y sólo le salvaría un resultado judicial que le declare inocente de toda culpa. Este desenlace se presenta complicado después del antecedente de la sentencia del Tribunal Supremo que condenó a Messi el pasado mes de mayo por hechos similares.

El video de su comparecencia muestra detalles curiosos. Hay una sobreactuación general de los participantes, empezando por el declarante, que entre sudores (se quitó la chaqueta, pidió agua) repitió hasta el aburrimiento que él había cumplido con sus obligaciones fiscales y que confiaba en sus asesores, a los que citó por su nombre una y otra vez. Razonó que él era muy bueno jugando al futbol pero nulo en materia tributaria y, en general, dio respuestas mucho más largas de lo conveniente, hasta el punto de que sus palabras se solapaban con las de la juez, que siguiendo el guion establecido formulaba sus preguntas sin esperar a que el jugador terminara sus respuestas. Pero la palma de la sobreactuación se le llevó el abogado del Estado que llegó a decir que los funcionarios de Hacienda no tenían nada contra Ronaldo y que se alegraban con sus goles “como también me alegro yo”. Esta salida de madre se produjo en medio de una tira de preguntas que invocaban la autoridad de los informes de la inspección de Hacienda como si fueran artículo de fe: “¿Cómo se explica usted que estos técnicos hayan dicho que usted debe catorce millones?” Esta forma de preguntar, invocando la autoridad de unos funcionarios cuya palabra no debería tener más valor que el de una simple denuncia, no es rara en los procesos por delito tributario. La perezosa costumbre procesal de otorgar a los inspectores de Hacienda la categoría de peritos judiciales ha encumbrado a estos funcionarios al nivel de los jueces; sus dictámenes anticipan las sentencias. La Juez dejaba que el  nterrogatorio insistiera por ese camino: “Señor Ronaldo, ni esos inspectores ni yo le tenemos ninguna manía. Usted dice que ha cumplido con sus deberes antes el Fisco ¿Entonces por qué le piden a usted catorce millones?” Y ahí la respuesta del declarante sí que estuvo medida: “Pedir, pedir lo hacen todos; yo recibo todos los días miles de cartas pidiendo” . La Juez llamará ahora a los asesores del futbolista. Supongo que no tendrán que aclarar que se alegraban con los goles que metía su cliente.

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