ISASAWEIS. ESCRITORA Y BLOGGER
OPINIÓN

No dejarse ningún 'Y si...' pendiente

Isasaweis, colaboradora de 20minutos.
Isasaweis, colaboradora de 20minutos.
ISASAWEIS
Isasaweis, colaboradora de 20minutos.

Voy a contaros una historia. Va de dos amigos que quedan a las 14.00 h en La Finca de Susana, un restaurante cerca de la plaza de Santa Ana que les viene bien porque después van a ir a un cine de la zona a ver La La Land en versión original.

Piden ensalada de guacamole, burrata con pesto, pastel de puerros y alguna carne. Después de que él insista hasta la saciedad (pesaaaado) en que pidan un postre, y habiéndoselo comido ella casi todo (¡no haber compartido postre con una asturiana!), se levantan para irse. Pasan por delante de una mesa con cuatro chicos y él le dice que han estado mirando toda la comida:

– Pues ese es muy salao.

– Pues no te ha quitado ojo...

Salen del restaurante:

– ¿Sabes? Hace un año me ocurrió algo en un tren. El chico de al lado leía un libro que a mí me había encantado, escuchaba música y miraba por la ventana. Pensé que me gustaría conocerlo. Yo iba con una amiga y nos reímos con la idea de que podía darle mi teléfono. Por supuesto que no lo hice, ¡vaya vergüenza! Pero me he quedado toda la vida con el ‘¿y si se lo hubiera dado...?’. Y mira que no soy nada de quedarme con los ‘y sis’; si quiero algo, lo hago. Pero aquella vez no me atreví y me he quedado con el ‘y si...’ para siempre.

– Ah, pues si quieres entro y le doy tu teléfono.

– ¡Qué va! Qué vergüenza...

– ¿Seguro? Aún recuerdas lo del chico del tren, ¿quieres quedarte con el ‘y si...’ de nuevo?

– Pues no, ¡ni un solo ‘y si...’ más!, ¡entra!

Así que el amigo entró al restaurante, se dirigió a la mesa y dijo: "Disculpad, mi amiga, que nunca ha hecho esto, me ha pedido que te dé su teléfono. Que disfrutéis la comida".

Se rieron con la tontería que habían hecho y sin más se fueron al cine.

La peli fue preciosa, lloraron y dieron un paseo por el romántico Madrid de los Austrias, que venía muy al pelo. Acabaron cenando en Malasaña (dos veces, sentados en mesa y ¡con carta y todo!, pero esta historia os la cuento otro día) y pasaron un rato fantaseando con la romántica historia que podría comenzar con el chico de La Finca de Susana.

A las 7.15 de la mañana había un mensaje de un número desconocido en el móvil: "Anda...". Al que ella respondió: "No sé ni qué decir. No había hecho algo así nunca".

(...)

Podría dejarlo aquí y que esto pareciera el inicio de un cuento de amor con moraleja: "Hay que hacer siempre lo que diga el corazón, aunque sean locuras, podría ser el comienzo de una bonita historia".

Pero la realidad es que el autor de los mensajes era un antiguo compañero de la facultad que descubrió que tenía su teléfono y la casualidad quiso que fuera ese día el que lo hiciera. No hubo más mensajes, ni romance.

El chico de La Finca de Susana nunca escribió... Y ella en realidad no le había dado el teléfono a él, se lo había dado al chico del tren, que era el ‘y si...’ que tenía pendiente.

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