El planeta hippie se había quedado sin feedback de los Beatles. Tras la gira de 1966, anunciaron que jamás tocarían en directo, pero tú esperabas un consejo, una ruta, y solo recibías silencio, fotos de cuatro tipos que tenían bigote y un intrigante barniz de tristeza. Luego supimos que la melancolía era trascendencia: habían probado el LSD y les había gustado. El secreto tuvo intensidad de escándalo: los más admirados jóvenes-modelo eran unos drogos.
En Sgt. Pepper’s..., el disco-trip, no había apenas rock y sí un inclusivo elenco de canciones infantiles, vodevil británico, visiones inocuas de la brecha generacional, sitares tocados con amateurismo... "Somos artistas, muchacho", decían ataviados como para el desfile del Orgullo Gay y rodeados de lujuria psicodélica.
[Ten en cuenta, lector, que todo esto lo escribo ahora, 50 años después. En 1967 me atravesaron con la fuerza de todas las oraciones enlatadas en una sola: A Day in the Life sigue siendo el único viaje sideral que se puede comprar.]
Comentarios
Hemos bloqueado los comentarios de este contenido. Sólo se mostrarán los mensajes moderados hasta ahora, pero no se podrán redactar nuevos comentarios.
Consulta los casos en los que 20minutos.es restringirá la posibilidad de dejar comentarios